La celebración de los primeros 50 años de Meals on Wheels Central Texas nos recuerda que la organización que inició sus actividades con 10 personas actualmente rebasa los 5,000 voluntarios, y reafirma que la previsión de que el público al que atiende seguirá creciendo con los años gracias al apoyo incondicional de la comunidad.

Henry Van de Putte III, presidente y director general de Meals on Wheels Central Texas, señaló a El Mundo Newspaper que la organización sin fines de lucro ha evolucionado: de proveer alimentos a ofrecer una variedad de servicios en toda la región para que las personas adultas mayores puedan vivir de forma independiente para envejecer dignamente en sus hogares. “Tenemos una red en la que proveemos atención en el hogar a cada persona adulta mayor elegible, para que puedan mantener su casa y vivir allí con seguridad. Hoy en día es algo más que una comida, es toda una nueva definición de servicios para nuestros usuarios”, afirmó.

Aunque les es difícil precisar a cuántas personas en total han apoyado en medio siglo, ya que algunas de ellas reciben sus servicios varios años consecutivos, afirman atender al año a unas 5,000 en el Centro de Texas, lo que sumaría hasta 40,000 en 50 años.

Las personas voluntarias son su principal fuerza de trabajo, pues distribuyen el 60% del alimento destinado a quienes se encuentran en necesidad, aunque son necesarios hasta cinco voluntarios para repartir la ayuda a una misma persona durante una semana completa. “Normalmente un voluntario se apunta a repartir un día de la semana, lo que significa que tenemos que tener cubierto lunes, martes, miércoles, jueves y viernes. Por lo tanto, aunque tenemos muchos voluntarios, necesitamos muchos más, porque el ratio es de una persona atendida por cada cinco voluntarios”, explicó Van de Putte.

La logística de reparto también se vuelve más compleja, porque las personas adultas mayores a las que sirven están repartidas en todos los códigos postales de la región. En ese aspecto, la subida de precios de la gasolina en los últimos meses afectó las operaciones de quienes donan su tiempo y servicio, así como el presupuesto de la organización, que tuvo que destinar hasta 6,000 dólares más fuera de presupuesto para el combustible necesario para repartos de comida, sin considerar el gasto de otros servicios.

Ese aumento también impactó en el costo de la comida que adquieren pues, aunque llegan a negociar bajos precios en algunos productos, la inflación que se va acumulando hace que la preparación de las comidas resulte más cara y afecte aún más a quienes cuentan con su apoyo.

“Estamos viendo más y más necesidad en nuestra comunidad porque muchos adultos mayores tienen ingresos fijos, lo que significa que reciben una cierta cantidad de la Seguridad Social o de su retiro, y sabemos que lo que está pasando en el mercado está haciendo que por cada dólar adquieran menos que hace seis meses, por lo que no pueden mantener su nivel de independencia sin alguna ayuda. Ante estas dificultades nos alegra estar allí para ellos, pero eso también significa que el número de necesitados aumenta y el costo por cada uno aumente también”.