El enemigo en casa


Agencias / Cortesía | 2/20/2020, midnight
El enemigo en casa
DAÑINO. Según diversos estudios científicos, hay un vínculo fuerte entre la escasez de sueño y el uso del teléfono móvil por la noche, que deriva en un estado mental depresivo con una caída de la autoestima. |

Según un estudio científico publicado en la Canadian Medical Association Journal (CMAJ), el uso amplio e ilimitado de los teléfonos móviles y de las redes sociales entre los adolescentes está vinculado con un aumento de los problemas mentales entre la juventud.

La investigación analiza los datos de estudios ya existentes sobre el empleo de los dispositivos móviles e Internet. Las conclusiones señalan que en Norteamérica el incremento de problemas mentales entre los jóvenes durante la última década ha discurrido de forma paralela al rápido aumento del uso de teléfonos móviles y de medios sociales entre los menores.

En Estados Unidos, la proporción de jóvenes de entre 13 y 17 años que posee dispositivos móviles se sitúa ahora en el 89%, más del doble que hace seis años; mientras que el 70% de los jóvenes utiliza las redes sociales múltiples veces a lo largo del día cuando en 2012 la cifra era solo del 30%.

En la primera década de los dos mil, diversos estudios concluyeron que el uso de las redes sociales estaba asociado a preocupaciones con la imagen corporal y desórdenes alimenticios. En una de esas investigaciones, las jóvenes registraron un empeoramiento de su humor tras solo diez minutos en Facebook.

Otro estudio destacó el vínculo entre el uso de Facebook con una mala salud mental y escasa satisfacción vital; mientras que varios estudios muestran que elevadas proporciones de adolescentes son adictos a sus teléfonos celulares. Los datos en territorio estadounidense constatan que entre 2011 y 2013 se produjo un rápido aumento de los adolescentes que no dormían suficiente. Solo en 2015, más del 40% durmió menos de siete horas la mayoría de las noches.

El estudio sugiere que, ante las pruebas abrumadoras, los médicos que traten a jóvenes con enfermedades mentales deben recomendar la reducción del uso de redes sociales e Internet en vez de abstinencia, pero no prohibirla.