Dormir es una actividad importante porque sirve para recuperar las energías. Sin embargo, hay quienes por diferentes razones no pueden descansar lo necesario y su sueño es interrumpido por dolorosos calambres en las piernas que ocurren durante la noche. Éstos se presentan comúnmente en la pantorrilla, pero también pueden causar dolor en los muslos y pies. Un calambre pueden ser descritos como espasmo, endurecimiento, punzada, deformación, rigidez, hinchazón o convulsión muscular.

Entre las causas están: dormir en un ambiente muy frío, deficiencia de sales minerales o electrolitos, mala postura al dormir, dolor articular, falta de hidratación, ingesta de diuréticos o laxantes, embarazo, déficit de calcio, magnesio o potasio, problemas circulatorios o insuficiencia a nivel venoso.

Para aliviar un engarrotamiento repentino, siéntese en el suelo, extienda ambas piernas y flexione los pies en los tobillos. Dirija los dedos de los pies hacia las rodillas. Luego, levántese lentamente y camine un poco. Sacudir las piernas puede mejorar el flujo sanguíneo. Finalmente, masajee suavemente la zona acalambrada con movimientos circulares.