‘Carmen’ fue secuestrada en México cuando tenía solo 14 años. A esa edad pasó a ser un objeto para sus raptores. Ella asegura que sufrió violaciones y maltrato físico y psicológico y que fue obligada a prostituirse a diario durante seis años. En muchas ocasiones intentó acabar con su vida, pero no lo logró. Una peligrosa red de traficantes la trajo a Estados Unidos siendo menor de edad. Tiempo después, gracias a la ayuda de personas solidarias, logró escapar. Fue entonces que llegó al Centro de Justicia Nacional para Inmigrantes donde la ayudaron a denunciar el crimen del que fue víctima.

El tráfico de mujeres y niñas para su explotación sexual es un comercio altamente lucrativo y con escasos riesgos para sus organizadores, pero ultrajante para los millones de mujeres y niñas explotadas bajo condiciones de esclavitud en la industria del sexo.

“Como víctima y sobreviviente de la trata sexual, me siento con la responsabilidad de ayudar a otras mujeres que atraviesan por ese infierno y piensan que no hay salida. El crimen está creciendo más rápido que lo que se está combatiendo y esto sucede por falta de información. Yo les digo a esas víctimas que sí se puede cambiar de vida, que existe ayuda para rescatarlas. Yo me he recuperado física y mentalmente y quiero invitar a la comunidad a que se informen y ayuden a evitar la trata de personas”, nos dice con firmeza ‘Carmen’.

La trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual es una grave vulneración de los derechos humanos y una de las formas más desgarradoras de violencia de género que padecen muchas mujeres en este país.

Recientemente, las autoridades rescataron a 82 niños y jóvenes durante una redada nacional, entre ellos, dos menores de 5 años y 3 meses de edad. La edad promedio de las víctimas rescatadas es 15 años.

La campaña ‘Únete a la Solución’ es liderada por Polaris en colaboración con La Red Hispana (www.laredhispana.org) y uno de sus voceros es el actor mexicano Eugenio Derbez, quien lanza esta reflexión: “Estas mujeres pueden ser nuestras primas, amigas y hermanas; son mujeres y niñas traídas a Estados Unidos con falsas promesas para luego ser forzadas a vender su cuerpo en cantinas o bares, sitios que nosotros mismos frecuentamos”.

Es cierto. Muchas mujeres son traídas a este país con falsas promesas de amor, por amistad o trabajo, por una vida y un futuro prometedor, pero cuando llegan son obligadas a prostituirse.

“Como comunidad podemos detectar a estas mujeres en lugares que muchos frecuentamos. Las señales de alerta de la trata de personas pueden ser las siguientes: personas aisladas, temerosas, tienen marcas de golpes en los brazos y piernas, generalmente no en el rostro. Estas mujeres evitan el contacto visual con otras personas y no llevan consigo sus documentos de identificación ni tienen acceso a ellos”, asegura Karen Romero, gerente de capacitación y servicio a los sobrevivientes de Polaris.