Los enemigos están en casa


Angela M. Angulo | 7/6/2017, midnight
Los enemigos están en casa
ENEMIGOS INVISIBLES |

Un ‘lobo solitario’ es una persona que se identifica con una idea, con la filosofía o la religión de un grupo extremista al que puede o no conocer; con el que tiene o no relaciones familiares o territoriales; pero con el que, desde el momento de concebir un ataque hasta el día en que lo hace realidad, no tiene contacto alguno. En muchos casos, estos actos de terror tienen como corolario el suicidio del individuo.

El término ‘lobo solitario’, como descripción de individuos armados que representan un riesgo para la sociedad, se hizo popular en los noventas, cuando el FBI investigaba a dirigentes extremistas vinculados partidos políticos afectos a la supremacía blanca, quienes emplazaban a sus seguidores a atacar al establishment con cualquier método posible, negando toda vinculación con la organización de origen.

EL DATO

Los ‘lobos solitarios’ son radicales que se identifican con ideas extremistas o grupos armados, aunque no tienen relación real con éstos.

DEBE SABER

De las matanzas más horribles que se hayan registrado en este país por ciudadanos extranjeros recordamos la de Virginia Tech, en la que el coreano Seung-Hui Cho acabó con 32 personas e hirió a 29.

En ocasiones, estas personas olvidan su radicalismo por varios años, pero lo vuelven a activar sin coordinación alguna, sintiendo ‘un llamado’ o encontrando (según ellos) el ‘momento perfecto’ para actuar por cuenta propia. Todos los ‘lobos solitarios’ tienen algo en común: están muy enojados y saben ocultarlo.

Es el odio el que motiva a los ‘lobos solitarios’, quienes justifican sus execrables acciones con argumentos religiosos, políticos, territoriales, sociales, étnicos y hasta económicos muy livianos. He ahí la preocupación por la proliferación de estos individuos entre las autoridades de este país. Cualquier percepción o sensación en un ‘lobo solitario’ puede encender su sangrienta vesania.

Las autoridades federales de la Administración Trump nos advierten sobre la posibilidad de ser atacados por solitarios agentes foráneos: rusos, árabes, musulmanes, norcoreanos, sirios, iraníes; pero la verdad es que casi todos los peores y más mortales ataques realizados en territorio continental estadounidense desde la década de los sesentas han sido perpetrados por estadounidenses.

Tres brutales matanzas se han registrado en Texas: Charles Whitman mató a 17 personas en el campus de la UT aquí en Austin en 1966. En 1991, George Hennard mató a 22 personas en un restaurante Luby’s de Killeen (norte de Austin) e hirió a veinte; y en la misma ciudad, pero en 2009, el psiquiatra militar Nidal Hasan asesinó en la base militar de Fort Hood a 13 personas y dejó heridas a otras 32, en lo que fue la peor masacre jamás registrada en una base militar en territorio nacional.

Theodore Kaczynski, conocido como el ‘Unabomber’, mató a tres personas e hirió a otras 23, en diversas partes del país, entre 1978 y 1995; Timothy McVeigh (con la ayuda de sus cómplices Terry Nichols y Michael Fortier) mató a 168 personas e hirió a más de 600 en el infame atentado con coche-bomba en Oklahoma City en 1995; Eric Rudolph acabó con la vida de dos personas y dejó heridas a más de 120 en atentados terroristas realizados entre 1996 y 1998; y Buford O. Furrow Jr mató a una persona e hirió a cinco (la mayoría menores de edad) en un atentado contra un centro comunitario judío en 1999.