“Somos los mismos, nada ha cambiado”


El nuevo jefe del APD reitera que los agentes del orden bajo su mando se enfocan en la seguridad ciudadana y no en el estatus migratorio de las personas

Marlon Gomez | 1/26/2017, midnight
“Somos los mismos, nada ha cambiado”

Brian Manley comenzó su carrera como oficial hace más de dos décadas. Durante ese tiempo ocupó el cargo de detective, sargento y más recientemente, jefe de personal del Departamento de Policía de Austin (APD).

Su amor por la diversidad de la sociedad que vive en la ciudad capital y por el organismo que hoy dirige, hace que el Jefe Manley reafirme que las relaciones que el APD tiene con toda la comunidad (incluidos los indocumentados) serán iguales a como han sido durante la última década, y hasta podrían mejorar mientras él esté al frente del APD porque ‘es parte de lo que somos como oficiales, como personas y como APD’.

El nuevo jefe ocupa el cargo de forma interina pero aspira seguir en esta posición por el tiempo que la dirigencia municipal lo decida, siempre con el objetivo de seguir contribuyendo a la seguridad de los ciudadanos.

Cuando se trata de líderes políticos, conocemos sus vidas y carreras tan pronto ‘salen al ruedo’; pero cuando hablamos de un jefe de policía su historia no pasa por ese escrutinio. Es el momento de sentarse con Brian Manley. El Mundo Newspaper es el primer medio latino que lo entrevista en exclusiva para conocer quién es, cuál es su visión de Austin y qué podemos esperar de su gestión.

– ¿Por qué decidiste ser policía?

– Todo empezó en la escuela secundaria. Asistí a la Johnston High School (hoy Eastside Memorial High School) y tomé una clase llamada ‘Street Law’ (Ley de la calle), en la que estudias leyes y funciones de los cuerpos de seguridad. Como parte de la clase, estuve en contacto con oficiales y los acompañaba a patrullar. En ese momento, esta profesión me llamó la atención porque era emocionante, tenía algo de aventura. Además, era mucho más interesante para mi poder estar en contacto con la comunidad en lugar de estar detrás de un escritorio haciendo lo mismo todos los días.

– ¿No pensó en ninguna otra carrera?

– Fui a la Universidad de Texas y obtuve un título en finanzas porque quería tener una alternativa en caso de que me lesionara o de que entrara a esta profesión (la carrera policial) y me diera cuenta que las cosas habían cambiado y no era lo que quería. Pero sabía que al terminar mis estudios comenzaría mi carrera como oficial de policía, porque esto era lo que quería.

– ¿Recuerda que dijeron sus padres? – Para muchos, ser oficial es un asunto familiar y varias generaciones se unen a los cuerpos de seguridad. En mi caso soy el primero de mi familia: mi papá estaba en el mundo de los negocios y mis hermanos se orientaron por seguir ese campo. Al principio, mis padres se preocuparon por mi seguridad, por los riesgos que tiene esta profesión, pero entendieron, como cualquier padre, que debían dejarme seguir el camino que dictaba mi corazón.

– ¿Ser jefe de policía fue su meta desde el inicio de su carrera?

– No. Cuando comencé estaba emocionado sólo por ser aceptado en el Departamento de Policía de mi ciudad y estaba feliz de servir a mi comunidad, disfrutando de mi trabajo. Los años pasaron, me hice detective, sargento y trabajé en varias divisiones. Tras 12 años de carrera me di cuenta que quería ocupar un cargo ejecutivo en el Departamento y por eso fui a la universidad St. Edwards e hice una maestría en liderazgo y ética.