“No quiero huir más”


Mujer guatemalteca homosexual consigue santuario en iglesia de Austin

Marlon Gomez | 6/18/2015, midnight
“No quiero huir más”

“Sabía que quería mi propio negocio. Conocí personas que también tuvieron un inicio fuerte, pero que lograron ser empresarios y ellos fueron mi ejemplo. Mi pareja es muy luchadora y noble; ella estaba enamorada de la idea de crear una fuente de empleo”, dice Franco.

“Mi familia quiere que me quede porque estoy lejos, pero estoy bien”.

El ocaso

Todo parecía marchar bien, pero en el 2014 la guatemalteca esperaba la renovación de su permiso de trabajo y nunca llegó. Ya sospechaba que algo andaba mal un día antes de su cita con el ICE, que cumplía rigurosamente cada año. Llamó a su abogada y ésta le dijo que todo estaría bien, pero no fue así.

Al llegar a las oficinas de Inmigración, Sulma fue conducida a una oficina donde dijeron que ese día sería detenida. Un documento que su abogada debía enviar nunca llegó a las autoridades y su caso fue descartado.

En agosto del 2014, Sulma fue trasladada a un centro de detención donde estuvo por seis meses. No es un recuerdo agradable; “te tienes que despertar a las 4am. para poder recibir un desayuno que consiste en una cajita de leche y cereal. En mi edificio no había agua caliente. Pasamos el invierto bañándonos con agua fría”, esboza como apenas un par de las anécdotas que podría contar.

Pero en febrero le dieron una fianza de $15 mil; su pareja y amigos consiguieron el dinero para liberarla y regresó a casa, no sin antes ser objeto de un atropello final: “me retuvieron el pasaporte cuando me detuvieron, pero mi familia me envió uno nuevo para mi liberación. Ése también me lo retuvieron. Me dejaron en una estación de autobuses sin dinero, identificación y no me permitieron una llamada a mi familia”.

La esperanza

Apenas un par de meses más tarde, Sulma recibió una carta de ICE en el que le indicaban que el 18 de junio debía presentarse en sus oficinas para ser deportada. Ella no está dispuesta a volver y buscó ayuda. Cuando estuvo detenida, la migrante guatemalteca conoció personas de organizaciones pro migrantes y pro LGBT que la pusieron en contacto con United We Dream y University Leadership Initiative, entre otras organizaciones de Austin y así nació una idea: pediría santuario.

Meg Barnhouse, ministro principal de la iglesia Unitarian Universalist Church no dudó en aceptar. “El santuario es una tradición centenaria y la estamos honrando. Respetamos nuestras leyes, pero a veces éstas son improvisadas y no justas. Estamos obrando bajo los principios del amor y la verdad”, dijo al abrir las puertas.

Sulma ahora confía en el apoyo que va a recibir. Las organizaciones colectan firmas en internet en la página http://bit.ly/KeepSulmaHome para apoyar a esta migrante que, como la gran mayoría, sólo quiere una oportunidad de hacer las cosas bien.

“Sueño con no tener que huir más del ICE; abrir mi ‘traila’ y trabajar como lo venía haciendo. Quiero poder crear una fuente de trabajos y ayudar a otras personas que pasan por la situación que estoy viviendo. Sueño con una oportunidad”