Un presidente en movimiento


Para Mark L. Madrid, la comunidad necesita informarse y hacerse sentir para lograr impactos positivos en Austin

Marlon Gomez | 12/24/2015, midnight
Un presidente en movimiento

¿Cuáles son tus metas?

Que la Cámara de Comercio Hispana de Austin se convierta en un puente, en una conexión entre la comunidad, las pequeñas empresas y los recursos que están disponibles: las ayudas financieras, las herramientas de preparación y la asistencia para contar con los permisos reglamentarios. Queremos incluir a todas las culturas y trabajar en conjunto. En el 2016 quiero estar seguro que podamos apoyar a la comunidad hispana, que sepan que pueden venir a encontrar recursos, pero para eso también necesitamos tener personal, recursos financieros, establecer alianzas y crear programas que sirvan de apoyo. Queremos que confíen en nosotros.

¿Cómo se logra la confianza?

Trabajando siempre con honestidad; no quiero prometer cosas que no puedo cumplir o cumplir a medias. Debemos ser sinceros y decir en qué podemos ayudar y también cuáles serán los obstáculos a los que se enfrentarán.

¿Cómo se conecta con la comunidad?

Visitándolos, acercándonos a ellos. Uno de los logros más recientes es que pudimos reparar la ‘van’ de la GAHCC y este año vamos a mantenernos en movimiento.

¿Pero así también ganarán nuevos miembros?

Posiblemente. El año pasado logramos un incremento del 60% de miembros y el 2016 será el año de las pequeñas empresas, queremos seguir sumando a esos emprendedores ayudándolos a conectarse entre ellos, y con recursos locales, estatales y nacionales.

¿Aceptan a cualquier persona?

Sí, somos una organización no discriminatoria. Tenemos miembros de todas las razas, religiones y nacionalidad y a todos los promovemos por igual.

A tu juicio, ¿Cuáles son los mayores obstáculos para los empresarios hispanos?

Hay procesos largos de espera que a veces desaniman, pero lo más fuerte es la desinformación, ya que muchos no saben dónde obtener certificados o no conocen los procesos que deben seguir. También influye la barrera del idioma y hay miedo; miedo a pedir préstamos, por ejemplo.

Además del trabajo con la Cámara, siempre estás participando en eventos y estás involucrado en otras labores a título personal… ¿Cuántas horas trabajas a la semana?

Muchas. No quiero ni sacar la cuenta para no escandalizarme, pero lo cierto es que cuando logro salir de la oficina, me voy a la oficina en casa. Por suerte mi pareja vive en Chicago en este momento por razones laborales y por eso el trabajo aún no nos ha causado un problema.

¿Cuándo sentirás que tu trabajo se hizo?

Cuando sepa que la organización está en buenas manos, que se establecieron proceso y sistemas para operar. Mi trabajo estará hecho cuando ténganos un contrato de al menos nueve años para tener una oficina por un precio que la cámara pueda pagar. Pero, más importante aún, cuando sienta que construimos un puente entre quienes estamos hoy en el sistema y las nuevas generaciones.

¿Cómo construyes ese puente?

Involucrando a los estudiantes, invitándolos a nuestras actividades, asistiendo a sus conferencias y conectándolos con empresarios y ejecutivos.

¿Es una meta tener una sede propia?

Claro que quisiéramos, pero por ahora no podemos adquirirla. Me sentiré un poco más tranquilo con al menos un buen trato que nos permita seguir en funcionamiento.

¿Qué mensaje le envías a la comunidad?

Hay que perder el miedo y hay que subirse al bus, o nos quedaremos atrás. Hoy en día vemos como Austin se sigue segregando y las minorías están siendo desplazadas de las zonas que históricamente fueron su hogar. No podemos actuar como una minoría, porque en 20 años los hispanos seremos mayoría y desde ya tenemos que velar por nuestros intereses, por formar nuevos líderes que nos representen. Tenemos que participar activamente en la política y en la economía, porque juntos construimos esta sociedad que es nuestro hogar.