La espera desespera


Aunque a diario se acuesta con la decepción de saber que ese tampoco fue su día de suerte, el optimismo la acompañará mañana

Marlon Gomez | 12/24/2015, midnight
La espera desespera

La esperanza se consume

Cuando a Alejandra le diagnosticaron la deficiencia renal, su ex esposo no entendía por qué no podía seguir con su vida normal y esperaba que ella, tras horas conectada a una máquina, sintiera ganas de arreglarse, cocinar y trabajar. Aunque al principio él fue un gran apoyo, ella asegura que poco a poco se fue alejando hasta que decidieron separarse.

Eso, además, le quitó una esperanza: él había ofrecido un riñón pero, después de la separación, ya no está dispuesto a eso. “Él había dicho que donaría un riñón, porque si no era compatible hay un programa de donantes en el que cualquier persona puede donarte y si no es compatible, básicamente, te lo intercambian por el próximo riñón compatible disponible. Luego comenzaron los problemas matrimoniales y no volvió a tocar el tema”.

Ansiosa pero afortunada

Pero las ganas de seguir luchando por su vida se mantienen intactas. Alejandra Hernández eliminó de su dieta todo lo que puede hacerle daño y no se pierde ninguna de sus sesiones de diálisis.

Incluso, ve a sus compañeros, muchos de los cuales no pueden ir al baño y necesitan drenajes, y entiende que ella es afortunada de poder seguir valiéndose por sí misma.

También vive para intentar ser feliz y aprovecha cada momento junto a su familia. “Siempre dicen que hay que vivir cada día como si fuera el último y ahora lo entiendo, porque cualquier día podría ser mi último. Pero no pienso en eso, pienso en que seguiré luchando hasta encontrar un riñón”.