Medicina para animales: solo con receta


Guillermo Zenizo | 6/15/2023, midnight
Medicina para animales: solo con receta
En Estados Unidos hay poco más de 124,000 personas veterinarias, de las cuales dos terceras partes son mujeres, de acuerdo a estimados de 2022 de la American Veterinary Medical Association. |

Así como en los medicamentos para humanos, desde el 11 de junio las medicinas para animales también requieren de una receta médica emitida por un veterinario. Esta directiva de la Food and Drug Administration (FDA) aplica a inyectables, tubos intramamarios y tabletas que estaban disponibles en venta libre aunque la mayoría de medicamentos veterinarios requerían de prescripción desde 2017.

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Ron Gill, profesor jefe asociado del Departamento de Ciencia Animal de Texas A&M University y líder del programa AgriLife Extension Service.

Antibióticos como la penicilina o las tetraciclinas también están incluidas en estas restricciones, informó a El Mundo Newspaper, Ron Gill, especialista del Texas A&M AgriLife Extension Service. “Ahora mismo tenemos bastantes antibióticos recetados disponibles en la industria ganadera, solo hay tres o cuatro que son de venta libre, pero eso cambiará y todos requerirán prescripción. No será un gran cambio para mucha gente, pero será un cambio significativo en el lugar donde acceden a estos antibióticos de uso común”, señaló el también jefe asociado del Departamento de Ciencia Animal de Texas A&M University.

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Entre los artículos que necesitarán receta veterinaria están la tilosina inyectable; penicilina inyectable e intramamaria; oxitetraciclina inyectable y oral; sulfadimetoxina y sulfametazina; gentamicina; cefapirina y tubos intramamarios de cefapirina benzatínica. La mayoría de las vacunas, desparasitantes, suplementos nutricionales orales e inyectables, ionóforos, pro y prebióticos y tratamientos tópicos sin antibióticos no requieren prescripción veterinaria.

Gill explica que la medida de la FDA busca reducir la posibilidad de que las bacterias generen resistencia a los antibióticos, que son médicamente importantes tanto para la ganadería como para las personas, aunque aclaró que no hay evidencia de que una posible resistencia en los animales afecte a los humanos. Por otro lado, es poco común que las personas traten de usar medicamentos para animales para sí mismas u otras personas, lo cual tampoco es recomendable. “He escuchado de unos pocos casos donde la gente trata de usarlos, pero a veces la pureza de los productos usados en el ganado no es la misma que en la medicina humana. Y también pueden generarse muy malas reacciones en el cuerpo humano si se usan productos para ganadería, por lo que no es común que ocurra”, aclaró.

El profesor de Ciencia Animal recomienda no mantener almacenados estos productos; en cambio, es mejor encontrar o trabajar de cerca con su veterinario, principalmente con especialistas en animales de granja, porque son quienes saben cuáles son las dosis o el tratamiento que se necesita. Además, puede que se conviertan en los principales proveedores de medicinas para ganado ahora que se requiere receta. “Ellos saben cuál es el riesgo de salud o los problemas comunes en la operación y pueden trabajar contigo en ayudar a conseguir los antibióticos que necesiten, ya sea comprándolos a través de las veterinarias o con algún distribuidor de canales existentes”, indica Gill.

La necesidad de encontrar y reforzar la relación con una persona veterinaria se vuelve aún más importante con la escasez de estos profesionales: hay algunos condados que no cuentan con ninguno. Así que la mejor recomendación es empezar a buscar a uno –en caso de no contar con él–.

“Es como buscar un nuevo médico para tu familia. Si no has tenido uno, a veces es todo un proceso encontrar uno que te acepte como paciente y luego esté disponible para trabajar contigo, a veces por teléfono, o por telemedicina o por internet. Pero esos veterinarios tienen que estar disponibles para visitas de seguimiento, así que solamente obteniendo recetas a través de internet no funcionará: tiene que ser una relación uno-a-uno”, concluye Gill.