No son comunes las desgracias que involucran a personas atrapadas en las bóvedas o remolques de los camiones que los transportan clandestinamente a través de territorio continental estadounidense, pero cuando sucede, el impacto de la noticia es devastador. No es necesario ser familiar de las víctimas para conmoverse: se trata de ser humanos que han perdido la vida de una forma trágica.

En Texas se han registrado dos casos previos al del pasado 27 de junio: en mayo del 2003 y en julio del 2017. En el primer caso, perdieron la vida diecinueve personas, y en el segundo, ocho. Como en la tragedia de este año, la peor en la trata de personas en décadas, a los traficantes les importó muy poco trasladarlos en época de intenso calor. En los tres casos, las personas viajaban en condiciones extremas: encerradas y sin la posibilidad de hidratarse.

El reciente descubrimiento del tráiler con 51 víctimas mortales dentro (hasta el cierre de esta edición) en la periferia sur de San Antonio es un testimonio luctuoso más de lo que muchos están dispuestos a hacer para llegar a este país, y de lo que les espera en territorio texano, porque es aquí donde las cosas se ponen pesadas para los traficantes, que optan por abandonar a los indocumentados a su suerte ante la mínima posibilidad de ser capturados.

Aunque los presidentes de los países de los que son originarias las víctimas exijan justicia, y de que entidades supranacionales pidan ‘esclarecer’ catástrofes como ésta, desgracias de este tipo continuarán sucediendo, quizá con más frecuencia en el futuro. Las organizaciones criminales que trafican personas son una ‘industria’ multimillonaria que no renunciará al dinero por más conspicuas que sean las desgracias que provoquen sus ‘operarios’.

Es desalentador tener la certeza de que crímenes como éste son difíciles de perseguir. Y de predecir. Según las autoridades, el tráiler en el que fueron encontrados los cuerpos era un ‘clon’ de uno legítimo. Situaciones como ésta podrían derivar en más acciones firmes contra la inmigración indocumentada en general con el objetivo de desanimar la estadía de aquellos que ya viven acá y de disuadir la llegada de más migrantes. Y el Gobernador de Texas está listo y dispuesto a utilizar los recursos que sean necesarios para desalentar la presencia de lo que él llama ‘ilegales’.

EL DATO

El Consulado General de México en San Antonio ayuda a coordinar los esfuerzos de identificación de los fallecidos y heridos de nacionalidad mexicana. Los interesados deben llamar al (210) 872-4386. Otros consulados harán lo propio por sus paisanos: llame al de Guatemala marcando el (956) 800-7351 ó (956) 900-2736 (McAllen) ó al (830) 308-3870 (Del Río); al de Honduras en el (346) 352-3176; y al de El Salvador en el (956) 612-3306.