La violencia se siente en el Centro de Texas y se manifiesta de muchas formas: asaltos, robos, asesinatos y hasta en el tráfico hostil, poniendo en peligro la convivencia de la comunidad. Saber que hay horarios que son de alto riesgo en determinadas zonas de Austin, y que no prestar atención a eso puede resultar peligroso, y potencialmente mortal, es una realidad que se afianza con el paso de los días. Y si a eso le agregamos la ‘persecución’ a la labor policial que hace un sector de la población, la creciente sensación de desamparo es preocupante.

Según datos del Departamento de Policía de Austin (APD), el año pasado (2021) la ciudad capital reportó 4,981 delitos violentos y tuvo una tasa de delincuencia de 511.66 por cada 100,000 habitantes. El dato es alarmante pero –para el APD– Austin no tiene una alta tasa de criminalidad para una ciudad de su tamaño, por lo que, oficialmente, todavía no califica como ‘territorio inseguro’.

Sin embargo, desde el 2017 los delitos violentos han aumentado un 3% cada año, con lo que existe una probabilidad de 1 en 195 de que un habitante de esta ciudad puede convertirse en víctima de un crimen violento. Y la tendencia, desde el 2020, es hacia la peoría.

En 2021, Austin reportó 83 asesinatos y tuvo una tasa de homicidios de 8.53 por cada 100,000 habitantes. La tasa de homicidios de la capital texana es 1.3 veces mayor que el promedio nacional.

El año pasado, Austin reportó 34,013 delitos contra la propiedad y tuvo una tasa de delitos contra la propiedad de 3,493.91 por cada 100,000 habitantes, por lo que la tasa de delitos contra la propiedad en esta ciudad es 1.8 veces mayor que la media nacional.

El germen de la delincuencia genera un clima de amenazas y riesgos que se propaga silenciosamente por esta parte del Estado. Cualquier sitio, cualquier evento, puede ser escenario de un delito. Y cualquier calle o estacionamiento en el que dejamos el coche es una oportunidad para delinquir. Como si viviéramos en un país tercermundista.

El temor a ser víctima de hurto, fraude, desfalco o de ataques violentos y letales es tal que hay quienes dudan en asistir a actividades con grandes concentraciones de público. Ese sobresalto puede perjudicar muchos negocios, especialmente los pequeños. El dilema es que los ataques armados a escuelas, negocios y espacios públicos confirman la sensación de que no hay lugar seguro.

EL DATO

La tasa de criminalidad de Austin es un 28% más alta que el promedio nacional y está a la par de ciudades como Portland, New York y Fort Worth.