Los programas de visados de trabajo, que se remontan a 1952, se concibieron originalmente para permitir que las compañías estadounidenses contrataran a trabajadores del exterior en forma temporal cuando no podían encontrar estadounidenses calificados.

Estos visados evolucionaron a raíz de numerosas acusaciones de que las compañías, sobre todo las grandes empresas de subcontratación de India, habían abusado de los visados para conseguir mano de obra menos costosa. Cuando Trump asumió la presidencia prometió reformar esos programas (entre ellos la visa H1-B) para proteger a los trabajadores estadounidenses. Ya en el poder, la Administración Trump ha endurecido las normas correspondientes a los visados H-1B, que permiten a los trabajadores extranjeros aceptar empleos en este país durante varios años y, como parte de esa iniciativa, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) proyecta anular la posibilidad de que los cónyuges trabajen en este país y ya inició el proceso para revertir ese derecho.

De inmediato, las agrupaciones del sector de la tecnología (que representan a Google y Amazon.com Inc., entre otras) han reaccionado contra el plan, argumentando que eso perjudicará tanto a los cónyuges, generalmente mujeres, así como a los titulares del visado, que detallan una infinidad de problemas cuando sus parejas no puedan trabajar, siendo el principal la separación de las familias, ya que éstas prefieren regresar a sus países.

Impedir que trabajen los cónyuges de titulares de visados altamente calificados probablemente dejaría sin empleo a 100,000 personas.