Hombres que no necesitas en tu vida


Si reconoces a alguno como tu pareja, aléjalo de tu vida

REDACCION EL MUNDO | 1/5/2017, midnight
Hombres que no necesitas en tu vida

En el afán de no estar solas, algunas mujeres mantenemos una relación con un chico que no vale la pena. Nos cegamos para no ver los defectos del que consideramos nuestra ‘pareja ideal’. Olvidamos que no sólo se vive del amor, también es importante el respeto, el cariño y la comprensión cuando se trata de compartir sentimientos e intimidad.

Esto no significa juzgar a una persona por sus defectos. Al contrario, si se detecta uno que está perjudicando la relación de pareja, lo mejor es conversar y buscar una solución juntos. Pero si el chico no quiere cambiar, sin importar qué tanto lo ames, debes alejarlo de tu vida para no caer en una relación tóxica. Si aún no sabes qué tipo de hombres no necesitas a tu lado, a continuación te presentamos cinco casos que debes evitar, si quieres ser feliz.

EL GROSERO

Para qué tener a tu lado a un hombre que no te respeta. La verdad es que hombres así no valen la pena y no tienen arreglo. Mereces a un chico que valore tu persona, tu compañía y tus opiniones. No trates de justificarlo.

EL SABELOTODO

Cree saberlo todo, incluso te hace sentir menos que él. Si de casualidad quieres enseñarle algo, automáticamente te dice: ‘ya lo sé’ y se molesta contigo porque, según él, lo estás ‘ofendiendo’.

EL CELOSO

No puedes hablar con un amigo porque ya está pensando mal, ya te está diciendo ‘qué tienes con él’. O si un extraño te miró en la calle, te jalonea y te pregunta ‘de dónde lo conoces’. Sus celos son enfermizos. Este es el peor de todos.

EL OBSESIONADO

Ya sea en persona o a través de las redes sociales, llamándote o por mensajes, a cada momento te está preguntado: ‘¿Qué haces?’, ‘¿Qué piensas?’, ‘¿Me extrañas?’, ‘¿Puedo verte más tarde?’, ‘¿Estás hablando con otros chicos?’, ‘¿Por qué no me contestas?’. Asfixiante.

EL HIJITO DE MAMÁ

Un hombre que ama y valora a su madre es maravilloso. Sin embargo, algunos lo llevan al extremo, tanto que la relación ya no es de dos, sino de tres. Para todo le consulta a su mamá. No puede decidir sin consultarle a ella.