Neil Gorsuch (49) es el nuevo magistrado de la Corte Suprema, una designación que vuelve a inclinar la balanza de ese tribunal en favor de las posiciones más conservadoras. Considerado un juez conservador y brillante, Gorsuch es un firme defensor de los llamados ‘valores familiares’, un estricto intérprete de la Constitución y un convencido de la necesidad de preservar el papel de la religión en la sociedad de este país. Gorsuch ha servido en la Corte Federal de Apelaciones del 10º distrito de Denver (Colorado) desde 2016. Tiene una biografía a la medida para dejar satisfechos a los electores de Trump, especialmente cuando se lo compara con el juez que sustituirá: el ultra conservador Antonin Scalia, quien falleció en febrero del año pasado.

Gorsuch se unirá a los magistrados Elena Kagan (56) y Sonia Sotomayor (62), nominadas por Barack Obama; al presidente de la Corte, John Roberts (62), y a Samuel Alito (66), nominados por George W. Bush; a Stephen Breyer (78) y Ruth Bader Ginsburg (83), nominados por Bill Clinton; a Clarence Thomas (68), nominado por George H.W. Bush.; y a Anthony Kennedy (80), nominado por Ronald Reagan.