Una ley que entró en vigencia a inicios del 2016 permite a los texanos poder llevar armas a la vista (en una funda fijada el cinturón o al hombro) ya sea al trabajo, al hacer las compras o a comer en un restaurante. Esa permisividad fue rápidamente aprovechada por un sector de la población.

Según cifras oficiales, en abril pasado Texas superó el millón de ciudadanos con permiso de armas de fuego, cifra que representa el 3.7% de la población de nuestro estado y que es de las más altas del país. El Departamento de Seguridad Pública (DPS) de Texas reveló que son 1’017,618 los texanos que actualmente disponen de un permiso para ir armados.

A pesar de que la cifra es elevada, la población de Texas (alrededor de 26 millones de habitantes) hace que el porcentaje de ciudadanos con un permiso de armas (3.7%) sea bastante discreto si se compara con la población de Washington (7.5%), Tennessee (8.4%) y Florida (8.7%). Del 1’017,618 permisos, tan solo 67,952 están en manos de afroamericanos (un 6.7%), mientras que 268,200 en posesión de mujeres (un 26.4%).