La empresa lo llama monitor de tobillo, pero la mayoría prefiere llamarlo grillete electrónico, por su similitud con el mismo. ¿En qué se diferencian? el monitor de Libre By Nexus no le impide a las personas la posibilidad de viajar de una ciudad a otra, no los limita a permanecer en un área específica.

Además, este monitor puede ser removido al pagar un porcentaje de la fianza y no se tiene que esperar que el proceso legal migratorio llegue a su fin para eso.

Una alternativa

Evan Ajín, vocero de Nexus, explica que la compañía le ofrece a las personas la posibilidad de reunirse con sus familias, cuando por sí mismos no podrían. ¿Por qué? En muchos casos, los inmigrantes recluidos en un centro de detención tienen la posibilidad de salir en libertad bajo fianza, pero para ello deben pagar la fianza asignada (la cual varía en cada caso, pero que puede ir de 4 mil a 20 mil).

Una persona común no tiene para pagar esa cantidad. “Nosotros trabajamos con compañías de seguro y pagamos esa multa. El cliente sólo debe pagar una pequeña parte para acceder a este servicio”, detalla Ajín.

Quienes firman un contrato con Nexus, deben pagar cuotas de la fianza más un monto mensual por el uso del monitor de tobillo, GPS o grillete electrónico, el cual portarán hasta que paguen su multa o casi la totalidad de la misma.

Soy ‘libre’

En la página web www.librebynexusespanol.com se pueden conocer relatos de personas que se han beneficiado de este servicio. En su página www.facebook.com/nexushelps también se pueden ver a sus clientes felices, quienes saben que serán monitoreados, que deben seguir pagando cuotas mensuales de varios cientos de dólares y que siguen en peligro de perder sus casos en la corte.

Pero también pueden reunirse con familia y salir de los centros de detención, donde muchas veces se encuentran en condiciones inhumanas. Además, en muchos casos Libre by Nexus los conecta con abogados migratorios que los ayudan con sus casos y los asesoran para encontrar permisos de trabajo.

¿Y si no tengo dinero?

Aunque miles de personas se muestran satisfechas con este servicio, decenas han denunciado que el costo del monitor de tobillo es muy alto. “Si no cobramos, no podemos pagarle al personal, alquilar oficinas o contar con más monitores”, dice Evan Ajín.

Hay quienes se preguntan qué pasará si no logran cumplir con las cuotas mensuales y el representante de la empresa asegura que perder un pago no será razón para perder el beneficio. “Trabajaremos con nuestros clientes e investigaremos qué razones les impiden pagar para poder ayudarles”, señala.

Además, afirma que no demandarán a ningún cliente que “no pueda” pagar el servicio , pero recuerda que, aunque han llegado a ofrecer el servicio gratis a personas que realmente lo necesitaban, “hay una diferencia entre no poder y no querer pagar”.