El 1 de diciembre del 2013, Kari Hunt perdió la vida en el baño de un hotel en Marshall (noreste de Texas), donde presuntamente fue apuñalada por su esposo, al cual acababa de pedir el divorcio. Sus tres hijos (de 3, 4 y 9 años) estaban presentes en la habitación. La niña mayor intentó llamar al 9-1-1 para pedir ayuda para su madre pero en los hoteles es necesario marcar antes el ‘9’ para una llamada y ella no lo sabía. La ayuda no llegó a tiempo y ese fue el motivo por el que inició un movimiento civil para mejorar la respuesta del servicio de emergencia.

Casi un año y medio después, quienes pidieron el cambio celebran que el Gobernador Greg Abbott haya promulgado la Ley SB 788, que exige a hoteles y moteles actualizar sus servicios, para que quien sea que marque 9-1-1 sea conectado de inmediato con el operador de emergencias.