Por una mejor ducha


REDACCION EL MUNDO | 3/5/2015, midnight
Por una mejor ducha

Una de las cosas que más disfrutamos de nuestra rutina es ir a la ducha, nos sentimos limpios y nos relajamos. Para mucho es casi un templo, pero la ducha también puede ser un lugar peligroso. Aunque no lo creas, tu salud puede estar en juego cada vez que la regadera entra en acción. La revista Men’s Health ofrece una lista de movimientos que debemos evitar para prevenir las lesiones y/o momentos vergonzosos.

1. Una tormenta

Estar cerca de alguna plomería o cableado durante una tormenta eléctrica es peligroso, indica Mary M. Cooper, Profesora de Medicina en la Universidad de Illinois. Evita duchas, baños en la tina, lavar los trastes a mano, jugar videojuegos, usar computadoras o hablar por teléfono, si el aparato está conectado a la línea mediante un cable. Los rayos pueden caer en algún cable de luz o en el suelo y alcanzar tu tubería. Aún lejos de tu casa, la descarga puede ser suficiente para hacerte perder el conocimiento y dañar tus electrónicos.

2. Regadera vieja

Casi un tercio de las regaderas contienen bacterias potencialmente peligrosas, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Colorado. Esto se debe a que tienen muchas grietas que proveen un hogar ideal para los microbios. Puedes limpiarlos con cloro, pero las bacterias eventualmente regresarán. Las regaderas de alta eficiencia, por lo general, despiden agua que contiene bacterias nocivas. Utiliza una regadera convencional o quítala y utiliza solo el chorro de agua.

3. Sin tapete

Según un reporte del Centro de Control de Enfermedades (CDC), más de 230 mil lesiones accidentales ocurrieron en la regadera del baño en un solo año. Casi el 20% de esas se debieron a resbalones. Coloca un tapete que añada fricción en el baño y considera colocar agarraderas dentro y fuera de la regadera para evitar caídas.

4. Demasiado estropajo

Los estropajos, mopas o esponjas son geniales para exfoliarte y retirar piel muerta, sin embargo están cargadas de gérmenes. Limpia la tuya una vez a la semana ya sea remojándola en vinagre o metiéndola en el lavavajillas. Escúrrela y cuélgala en un lugar donde pueda secarse lo más posible.

5. Antes de dormir

Bañarte por las noches puede ahorrarle tiempo a tu rutina matutina, especialmente si te cuesta trabajo levantarte. Sin embargo, no te metas a la ducha justo antes de saltar a la cama.

Duchas calientes deben ser tomadas al menos dos horas antes de dormir, debido a que el cambio de temperaturas alteran los disparadores naturales que te ayudan a conciliar el sueño.

6. En pareja

Un piso resbaloso, un constante flujo de agua caliente y un limitado espacio para moverse, hacen de la ducha un lugar poco o nada favorecedor para el sexo.

Lou Page, autor de ‘The Great Lover Playbook’, asegura que puedes hacer casi de todo, menos una completa penetración para evitar caídas.

Reserva esto último para cuando estés en un terreno seco.