En épocas en las que la tecnología está muy avanzada, resulta increíble que no se cuente con los recursos tecnológicos necesarios para rastrear, en tiempo real y con premura, la ubicación de un avión. Actualmente los aviones cuentan con sistemas de comunicación eficaces y transmiten información sobre su ubicación mediante transpondedores y comunicaciones por radio. El problema es que todo se interrumpe cuando los sistemas fallan o la aeronave se estrella.

Los accidentes ocurridos el 2014, especialmente en Asia, han reabierto el debate sobre la necesidad de un sistema de rastreo de vuelos en tiempo real, que si bien no impediría una catástrofe, permitiría determinar el lugar exacto donde ocurrió, facilitando las labores de rescate.

La tecnología satelital que lo haría posible ya existe y su implementación es factible. Sin embargo, la posición de la industria aeronáutica es que un sistema de este tipo sería muy costoso, teniendo en cuenta la magnitud de datos que habría que registrar y compartir con el tráfico aéreo, y considerando que el 99.9% del tiempo esa información no sería necesaria. A ello se suma el hecho de que son muy pocos los accidentes en los que localizar los restos de un avión se vuelve realmente un problema.

Una alternativa que se evalúa frente a la ‘transmisión continúa’ es la ‘transmisión activada’, que sólo emite una alerta cuando sucede algo fuera de lo común: variación de parámetros de vuelo como altura, velocidad, inclinación o balanceo, que podrían ser señales de un problema con la nave. AGENCIAS