La gran mayoría de los padres de familia (89%) que tienen hijos estudiando en las escuelas públicas de Texas están satisfechos con la calidad de la educación que reciben sus hijos; este porcentaje es mayor al promedio nacional (80%). Y esa misma proporción (89%) apoya que se aumenten los fondos estatales para incrementar los salarios de los maestros, según la cuarta Encuesta de Educación de Texas de la Charles Butt Foundation.

“Los texanos expresan una profunda confianza en las escuelas públicas del Estado aunque están conscientes de sus desafíos. La mayoría de los padres están satisfechos con la educación pública de sus hijos y muestran un fuerte apoyo a los maestros”, señaló a El Mundo Newspaper, Kendra Montejos Edwards, investigadora asociada senior de la Charles Butt Foundation.

Otro de los hallazgos de la fundación que lleva el nombre del presidente de la cadena de supermercados H-E-B® es una creciente preocupación por la seguridad en los planteles –tras lo ocurrido en la escuela elemental Robb de la ciudad de Uvalde– que es aún mayor cuando se trata de los riesgos al interior de cada escuela.

La población estatal consideró que el ciberacoso es el principal desafío que enfrentan los estudiantes (74%), seguido de la agresión física o bullying (68%), acoso sexual por parte de otros estudiantes (59%), discriminación respecto de las habilidades de aprendizaje (58%), infección por COVID-19 (58%); así como discriminación por orientación sexual o identidad de género (57%), por estatus económico (55%) o por raza u origen étnico (54%). La preocupación por un tiroteo masivo registró 53% y la discriminación por las habilidades de comunicarse en inglés en 52%.

Por grupos de población, 7 de cada 10 personas afroamericanas (69%) y 6 de cada 10 personas (59%) hispanas son vistos como quienes enfrentan más probabilidad de sufrir algún tipo de discriminación entre estudiantes.

Tres cuartas partes de la población texana encuestada consideró que los maestros están poco valorados y respetados (74%) y dos terceras partes (66%) que están sobrecargados de trabajo. Para un incremento salarial docente, la ciudadanía pide contemplar el nivel de educación y certificación (89%), la inflación y el costo de vida (88%), los años de experiencia (87%) y la evaluación docente (83%) como factores principales.

Sin embargo, la visualización del papel de los maestros como una profesión a la cual pueden aspirar sus hijos ha bajado con el paso de los años. El apoyo a una posible carrera docente como algo deseable para un niño bajó de 47% en 2020 a 37% en 2023. Los encuestados que no tienen algún hijo matriculado entre kínder y preparatoria tienen una percepción mucho menos favorable de la calidad de la educación y sobre los maestros que aquellos que sí tienen hijos en edad escolar.

La encuesta también registró el rechazo a los programas de vales escolares (vouchers), un aspecto que el Gobernador Greg Abbott y algunos líderes Republicanos han promovido en esta Legislatura. El 55% se opone al uso de recursos públicos para pagar la educación privada si eso significa reducir los fondos disponibles para las escuelas públicas.

En caso de aprobarse alguna medida similar, la población considera que las escuelas privadas que reciban fondos públicos deberán transparentar sus finanzas (88%); proporcionar servicios de educación especial (84%); aceptar estudiantes con bajas calificaciones (83%) y seguir las pautas del plan de estudios estatal (73%).

Finalmente, la mayoría de la población texana encuestada valora el impacto positivo de los maestros en las vidas de los estudiantes cuando se trata de la motivación para trabajar duro y la autodisciplina (70%); ayudar a pensar críticamente (68%); aumentar la autoestima (65%) e inspirar a pensar en grande (55%).

EL DATO

La tercera y más reciente Encuesta de Maestros de la Charles Butt Foundation, presentada en septiembre del 2022, encontró que casi 8 de cada 10 docentes (77%) de escuelas públicas en el Estado han pensado seriamente en dejar esa profesión, un incremento de 19% en dos años. Las razones: sentirse poco valorados, estar mal pagados y con exceso de trabajo.