Hasta hace poco los texanos tenían que esperar hasta cumplir 21 años para poder solicitar la licencia de portación de armas, pero un juez federal suprimió las restricciones de edad en el Estado, permitiendo que miles de jóvenes adultos pueden tramitar el documento que les facultará portar un arma de fuego oculta en instalaciones universitarias públicas, en algunos establecimientos comerciales y hasta salir del Estado con ellas.

Se trata de un cambio mayor en la política texana de la tenencia de armas, que está vigente desde mediados de enero. Desde entonces, el Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS), organismo que regula la expedición de licencias, ha recibido más de cien solicitudes de jóvenes adultos y ha expedido diecisiete (17) licencias.

Los defensores del derecho de portar armas aplaudieron la nueva disposición estatal argumentando que los jóvenes de 18, 19 y 20 años, que pueden votar y morir por su país, deben poder ejercer los derechos que otorga la Segunda Enmienda. Sin embargo, para los legisladores Demócratas la medida hace más peligroso al Estado, escenario de varias masacres en los últimos diez años.