Una visión optimista y sabrosa de la migración mexicana
5/10/2018, midnight
Digamos que “Mexamérica, una cultura naciendo…” no es un libro de las clásicas narrativas de inmigrantes mexicanos, aquellas que normalmente detallan los sufrimientos que padecen aquellos que se atreven a cruzar la frontera que separa el país de Miguel Hidalgo del de George Washington, padres fundadores de estas dos grandes naciones.
De hecho, es una recopilación de artículos, crónicas, ensayos y entrevistas enfocadas básicamente más en los aportes que en las angustias de la dispersión mexicana a Estados Unidos a través de la historia y que han sido publicadas en diferentes medios de comunicación mexicanos desde hace 18 años por la periodista y escritora Fey Berman.
Nacida en Ciudad de México y con residencia en New York desde hace treinta años, Berman le da un matiz muy original y diferente a su obra porque –y esto se debe definitivamente a que tiene una Maestría y Doctorado en Artes de la Universidad de Nueva York– parafraseando dos de sus títulos, son retratos de inmigrantes trazados en el arte y que han dejado huella en Estados Unidos.
Al suscrito particularmente lo cautivó la historia rica y a la vez trágica del retratista Martín Ramírez, quien cruzó la frontera a inicios del siglo pasado para trabajar como brasero y nunca pudo adaptarse a la sociedad estadounidense terminando solo y olvidado en un manicomio desde donde dio rienda suelta a su don maravilloso de plasmar básicamente en papel un sinfín de dibujos y trazos que se perdieron en el tiempo y en desvanes y que luego de décadas de su muerte, fueron recuperados y en la actualidad forman parte de exposiciones en galerías de arte de todo el mundo. A este “Van Gogh” mexicano como también se le conoce, el New York Times en su momento lo catalogó como “uno de los grandes artistas del siglo XX”.
Y así de esta manera, Fey Berman va discurriendo con su pluma aguda y llana al mismo tiempo una serie de historias personales de lucha y superación cada cual más interesante y sobrecogedora, como las de aquellos que llegaron a este país sin hablar español y menos inglés, sólo con sus dialectos autóctonos como el náhuatl, otomí, chatino o las 48 variedades de mixteco y sufren discriminación no sólo de los “gringos” si no de sus propios congéneres y sin amilanarse logran poco a poco adaptarse a la sociedad estadounidense.
A todos estos personajes anónimos y conocidos, porque también destacan a aquellos que han triunfado en Hollywood, en las ciencias aplicadas, ciencias humanas y otras actividades profesionales y manuales, Berman los identifica como “mexamericanos”. Incluyéndose ella misma en este nuevo gentilicio. Gente que como ella, migró y echó raíces en Estados Unidos o hijos de inmigrantes mexicanos de segunda y hasta tercera generación que conservan algunas tradiciones de sus ancestros pero al mismo tiempo han asumido poco a poco las de este país, que ha devenido en el nacimiento de una nueva cultura llena de sabor, creatividad y colorido.
“Mexamérica, una cultura naciendo…”, se convierte de este modo en una obra de lectura indispensable si queremos no sólo entender mejor la presencia de los casi 40 millones de mexicanos y sus descendientes en Estados Unidos, sino también las del resto de los latinoamericanos porque son más los lazos que nos unen que las diferencias que nos separan y porque, sobre todo, en estos tiempos donde se alienta desde la misma Casa Blanca el racismo extremo y la xenofobia, hay que mantenerse firme y seguir demostrando que quienes por alguna u otra razón decidimos el duro exilio de nuestros países, no fue para robar empleos, asesinar ni violar mujeres, sino para aportar al engrandecimiento de este hermoso país como lo demuestran todas las estadísticas publicadas hasta el momento.