ELECCIONES 2024 - Y así están las cosas


7/4/2024, 1 a.m.
ELECCIONES 2024 - Y así están las cosas
¿Y ahora qué nos espera? ¿el anciano? / ¿el mentiroso? |

Nadie podrá alegar que lo ocurrido el 27 de junio en el primer debate entre el presidente y presumible candidato a la reelección, Joe Biden, y el expresidente y candidato republicano, Donald J. Trump, fue una sorpresa inesperada.

Los dos candidatos son ancianos (78 y 81) compitiendo para dirigir una superpotencia mundial donde el 57.7% de su población es menor a 44 años. El país llamado por el destino a ser referente planetario de democracia, gobernabilidad y progreso se ha convertido en una caricatura de sí mismo.

Biden, visiblemente bajo de forma y reflejos (se especula con la posibilidad de que estuviera acatarrado, lo cual no es excusa) balbuceaba, apenas se le entendía y soltaba frases inconexas. Un regalo para Trump que, confirmando ante millones de estadounidenses toda su narrativa (Biden está gagá), solo tuvo que aparentar ser una persona normal y no el villano histriónico que realmente es. Trump se mostró calmado y hasta dejó hablar, o lo que fuera, a Biden. Que cavara su propia tumba. Y fueron muchas, una de cada dos palabras pronunciadas por Trump era mentira; la otra solo tenía sentido en la realidad paralela que habitan muchos de sus votantes: en el país dibujado por el ex presidente republicano, la frontera Sur de Estados Unidos es el “lugar más peligroso de la tierra”, y las principales ciudades del país están tomadas por millones de guatemaltecos dedicados por el día a saquear los casi inexistentes paquetes de ayudas públicas, mientras pasan sus noches asesinado y violando a los aterrorizados ciudadanos norteamericanos. Por lo demás, en los diabólicos estados controlados por los demócratas el aborto es posible incluso después del parto (sic). Y nadie dijo nada. Lo intentó Biden, pero era imposible apartar la mirada de sus ojos acuosos y sus movimientos a cámara lenta.

Y aquí estamos de nuevo. Elegir entre un político tradicional (sistémico), al que la presidencia le ha llegado 20 años tarde, y un trilero tres años más joven que es un sociópata mentiroso patológico sediento de poder y venganza. La situación no es halagüeña.

Nadie puede asegurar a ciencia cierta lo que ocurrirá en las próximas semanas. Los efectos de la debacle todavía no se han traducido en unas encuestas que ya no eran muy favorables para Biden; lo harán en los próximos días, momento en que se verá si el pánico sigue creciendo y cristaliza en algo o simplemente fue la pesadilla de una noche de verano.

El próximo debate presidencial tendrá lugar el 10 de septiembre.

 Mientras tanto, en la mente de muchos retumba desde ayer la afilada frase de Will Rogers: “No soy miembro de ningún partido político organizado, soy un demócrata”.