Alguna vez se ha preguntado: “¿Soy yo la pareja ideal?”
REDACCION EL MUNDO | 2/8/2024, midnight
Si hay una relación importante para todo ser humano, es la de pareja. Nos proporciona los más bellos y tristes momentos de nuestra vida, pero sólo si crecemos con nuestra pareja vamos a lograr la ansiada felicidad. Tener una buena relación de pareja, donde la pasión, el compromiso y la intimidad sean una realidad, depende mucho de poder sentarse a ver “qué parte mía” no le funciona a mi pareja, en vez de querer que mi pareja sea la que cambie.
Todos queremos encontrar la pareja ideal, pero alguna vez usted se ha preguntado: ¿Soy yo la pareja ideal? Todo hombre quiere una mujer fiel, pero la pregunta del millón de pesos es: ¿Son los hombres fieles? Cuando exigimos lo que no damos, la diferencia crea una situación de injusticia para el otro, y eso es una bomba de tiempo. Cuando la relación no es justa para ambos, se va deteriorando. El que está “abajo” se siente mal, rabioso, agresivo, usado.
Aun así, amar de la manera correcta no es un pasaporte de éxito. Si usted está amando a la persona equivocada, hacerlo de la forma correcta no hará una diferencia. A quien elija para amar, es tan importante como la elección de amar.
Sólo si crecemos con nuestra pareja, vemos que esa “sociedad” funciona. Y crecer significa sanar todo lo que traigo de mi niñez, de mi pasado, “mi equipaje emocional”. Si mi madre tuvo preferencia por un hermano, quizás yo sea celosa. Y si mi esposo no conoce “mi equipaje”, no va a entender mis arranques, mis explosiones, mis celos.
Si mi esposo fue abandonado por sus padres y sufre de una gran “ansiedad de separación”, me llama cien veces al celular, sólo desea estar conmigo, yo me siento asfixiada, perseguida, y él, abandonado. Esto sería más fácil de entender y superar si conozco su historia, su miedo al abandono.
Los seres humanos debemos tener la libertad de darnos a nosotros mismos. Hay gente que sólo da y no sabe recibir. Hay que trabajar para tener la libertad de dar más, y ser quien usted quiere y no se atreve a ser, expresar lo que le pasa, aunque al otro no le guste. Cuando se tiene esa libertad, se recobra el poder personal.
No fuimos programados para tener una relación exitosa. Nadie nos enseña eso. ¿Quién le enseñó a amar? Fue la relación de pareja de papá y mamá. ¿Le gustaría que su relación de pareja sea como la de ellos? Si ahí hubo problemas, esos mismos va a tenerlos usted. Si deseamos parar el reciclaje de nuestros trastornos y problemas, si queremos que nuestros hijos sean mejores y sufran menos, tenemos que mejorar nuestra relación de pareja.