Ocho de cada diez personas (79%) que migraron a este país reportan tener de ‘buena’ a ‘excelente salud’, a pesar de que uno de cada cinco migrantes con documentación legal y la mitad de indocumentados no cuenta con seguro médico. Estas son algunas conclusiones de una encuesta nacional sobre la salud de los migrantes adultos en el país realizada por la KFF y Los Angeles Times.

Un 84% recibe atención médica, de los cuales uno de cada cuatro reporta haber sido tratado de manera injusta por un proveedor de salud, ya sea debido al estado de su seguro o por sus posibilidades de pago; también hay quejas por maltrato derivado de su habilidad para hablar inglés; y agravios por raza, etnicidad o color de piel.

La cobertura de seguro varía conforme a los ingresos familiares y al estatus legal, pero también depende del Estado de la Unión donde vivan, pues hay algunas entidades que han adoptado la expasión del Affordable Care Act y Medicaid, permitiendo ampliar la cobertura de las personas de escasos ingresos. Es oportuno resaltar que quienes no cuentan con documentación legal no pueden acceder a este beneficio.

Las personas hispanas migrantes son las que menos reportan haber buscado atención médica desde que llegaron al país, principalmente por temores relacionados con las autoridades de inmigración y por las barreras del idioma. Los consultorios médicos privados son el lugar más común de atención médica entre las personas adultas migrantes, aunque uno de cada tres reporta haber acudido a un centro o clínica de salud comunitaria.

Otro aspecto que reveló esta encuesta es que cerca de tres de cada diez personas migrantes adultas que buscaron atención médica reportaron experimentar, al menos, una de muchas dificultades para obtener atención respetuosa y culturalmente competente. Estas dificultades –que experimentó una de cada tres personas hispanas– incluyen que el proveedor no se tomó el tiempo de escucharles o que ignoró sus preocupaciones; que el proveedor no explicó cosas de modo que pudieran entenderse; que fueron tratados de forma irrespetuosa por el personal de recepción.

Por otro lado, uno de cada cinco adultos migrantes reportó problemas para pagar por su atención médica en el último año y otra cantidad similar dijo que evitó o pospuso esa visita médica en el mismo periodo. De ellos, siete de cada diez dijo que lo hizo por el alto costo de la cobertura médica y cerca de la mitad debido a que los servicios no estaban disponibles en un horario o ubicación conveniente. Como consecuencia, un 40% de quienes evitaron –o postergaron– su atención reportaron que su salud empeoró.

Finalmente, otro aspecto recogido por el estudio nacional fue la preocupación general de las personas migrantes adultas sobre cómo aceptar asistencia para comida, alimentación y atención médica puede afectar su estatus migratorio, por lo que se abstienen de solicitarla, a pesar de su necesidad económica. Si bien las personas sin estatus legal no pueden recibir ningún apoyo gubernamental, sus hijos nacidos en este país sí pueden ser elegibles.

EL DATO

De acuerdo con datos federales de 2021, las personas migrantes representan el 16% de la población adulta de Estados Unidos. Poco más de cuatro de cada diez migrantes mayores de 18 años se identifica como ‘hispanos’. Uno de cada cuatro niños en el país tiene, al menos, un padre inmigrante.