Los alcaldes de Chicago, Denver, Houston, Los Angeles y New York han pedido una reunión con el presidente Joe Biden con el objetivo de obtener ayuda federal para manejar la oleada de migrantes que, dicen, llegan a sus ciudades con poca o ninguna coordinación, apoyo o recursos del Gobierno Federal.

Los cinco alcaldes Demócratas dicen que si bien reconocen los esfuerzos realizados por el Presidente Biden, es necesario hacer mucho más para aliviar el problema que agobia a sus ciudades.

Son muchos los motivos de las grandes oleadas de migrantes en estas ciudades, entre los cuales destacan las penurias económicas que sufren los migrantes indocumentados en sus países de origen. Sin embargo, la situación es caótica: migrantes duermen en las salas de recepción de las comisarías en Chicago. En New York, un buque crucero sirve de refugio para los desafortunados. En Denver, el número de migrantes se ha multiplicado por diez y el espacio disponible para alojarlos ha desaparecido. A falta de autorizaciones de trabajo, estos migrantes no pueden conseguir empleos que les permitan conseguir viviendas.

Los Republicanos acusan al Presidente Biden de descuidar la seguridad de la frontera y permitir el ingreso de demasiadas personas. En respuesta, la Administración Biden ha endurecido las normas destinadas a impedir el ingreso ilegal al país y con ofertas de autorización de empleos y otros incentivos a quienes entran legalmente, con visa y en avión.

En años anteriores, los recién llegados quedaban en libertad y los recogían organizaciones sin fines de lucro antes de ir a vivir con familiares que ya se encontraban en el país. Pero las nacionalidades han cambiado, y muchos no tienen adónde ir.

Muchos de estos migrantes tienen la posibilidad de mejorar su futuro en el mediano plazo. Pero la obtención de asilo es un proceso largo y difícil a través de un sistema de cortes migratorias totalmente sobrepasado en su capacidad. En algunos casos, el migrante debe esperar hasta una década para su audiencia, aunque se les permite hacerlo dentro de Estados Unidos.

Algunos están en condiciones de buscar empleo, pero las autorizaciones llegan con gran demora. También hay temores de que si se facilita el empleo, muchos intentarán llegar a pie a estas ciudades. Por eso, miles están en el limbo, sin poder trabajar, durmiendo en refugios o en instalaciones del Gobierno Federal.

EL DATO

Algunos Estados de la Unión con gobernadores de derecha han enviado migrantes a las llamadas ‘ciudades-santuario’ como New York o Chicago, más acogedoras para los extranjeros; pero eso, por sí solo, no explica por qué esas ciudades reciben semejantes oleadas.