Son muchas las personas que nos rodean que parecen ser una fuente constante de drama. Según la psicología éstas son algunas señales tóxicas de que alguien puede ser adicto al drama y ​​cómo lidiar con ellas:

–Esta característica es decisiva: cuando no hay un sentido implacable de urgencia, siempre les parece que algo anda mal. Son quienes se comprometen en exceso: siempre tienen proyectos en que trabajar y su vida se resume en fechas y plazos.

–Intentan llamar la atención agregando palabras en aumento –como ‘extremadamente malo’ en lugar de ‘malo’– o metáforas muy rebuscadas y rimbombantes. Además agregan gestos y expresiones faciales dramáticos.

–Estas personas nunca son el segundo plano de nada ni de nadie. Incluso cuando pueden reprimir su impulso de ser el centro de atención, no lo hacen.

–Volver a contar la misma historia emocional a diferentes audiencias les permite desahogarse continuamente. También es común que agreguen variaciones a la situación original. Para esto deben tener amistades o conocidos en común.

–Se centran en los elementos negativos o estimulantes de la vida de otros

–Como la ‘estrella’ de cualquier programa de televisión, necesitan la interacción con una audiencia, personas cuyo único papel es ser testigos del drama.

–Su incapacidad para controlar –o predecir– el mundo exterior los lleva a sentirse abrumados e impotentes. Por eso se y victimizan. Esto es algo que todos experimentamos pero es agudo para aquellos con una propensión al drama.

Según los psicólogos, cuando veamos que alguien inicia un ciclo dramático, debemos alejarnos. Y si eso no es posible, lo adecuado es excusarse de participar en la interacción con esa persona. Establecer un límite puede ayudar a bajar la tensión del momento.

EL DATO

Distanciarse de las personas dramáticas es una decisión consciente que le ayudará a devolver su energía y atención a su propia vida.