Una probadita de México
Guillermo Zenizo | 5/11/2023, midnight
Desde las recetas más tradicionales de distintos rincones de México, hasta las combinaciones con otras cocinas, como las centroamericanas, o con creaciones originales locales, la comida mexicana tiene en Austin una presencia considerable en pequeños negocios, food trucks y grandes restaurantes.
Ya sea que hayan nacido en México o en el Centro de Texas, las personas creadoras de platillos típicos, originales o de fusión con otras culturas, todos mantienen viva y enriquecen la herencia gastronómica mexicana.
Por ejemplo, en Asador Tacos ofrecen productos veganos basados en los platillos típicos y sabores del sur mexicano, sin necesidad de adaptación o cambio especial solamente para dar gusto a la clientela.
“Desde el principio queríamos tener un taco vegano que fuera muy bueno, inspirados en la comida sureña, como la oaxaqueña, que tiene una base vegana muy fuerte, con platillos no necesitan carne”, explicó a El Mundo Newspaper Luis Monroy, originario de Tijuana, quien lleva siete años en la capital texana. Monroy, junto con su socio de origen californiano, aplican en su negocio lo que han aprendido con otros chefs para ofrecer opciones originales a los clientes locales.
Algo similar es lo que ha hecho Maryam Azarang, quien se mudó de Monterrey a Austin, donde emprendió su negocio de salsas, llamado ‘Chulas’, que cuenta con cuatro variedades muy comunes en su tierra: macha, serrano, jalapeño y habanero-mango, que pueden adquirirse en lugares como Tiny Grocer y Royal Blue Grocery.
Otro enfoque es el que tienen los texanos Jon Escamilla, de Bulevar, y Mayo Pardo, de Comedor, quienes realizan ciertas combinaciones culturales.
En el caso del chef Escamilla, promueve la participación de sus cocineras, por lo que los 23 platillos del menú de su restaurante –originalmente mexicanos y con elementos tan tradicionales como las tortillas de maíz hechas de nixtamal– tienen aportaciones de personas de Cuba, Guatemala y Honduras, lo que los hace especiales al cambiar algunos sabores. “Ellas saben todo, yo soy su estudiante. Todas las culturas hacen algo diferente con la comida y eso la hace diferente”, comenta Escamilla en conversación con El Mundo Newspaper.
En el caso de Pardo, la fusión proviene de su herencia mexicana y salvadoreña: “A mí me gusta combinar estas gastronomías que he comido desde niño; ambas tienen sabores muy similares y a la vez diferentes. Encontré esas similitudes y las combiné hasta que salió algo delicioso”.
En los postres se pueden encontrar productos de nostalgia, como las nieves tradicionales y paletas de hielo que hace Que Monita, con sabores típicos de Guanajuato –la tierra natal de José Alvarado, cuyo padre fundó este negocio en 2000– como pistache, café, mango y pastel; o Las Mangonadas, que ofrecen helado de mango con chamoy y fresas con crema. O, como ha hecho Hamid Yaz, de Churros la Catrina del Sur, desde hace poco más de dos meses: innovar un postre tradicional, los churros, para hacerlos en formato de botana que pueda ser transportada más fácilmente. Originario de Monterrey, Yaz compartió con El Mundo Newspaper que le llevó mes y medio crear el concepto para el que tomó como imagen principal una figura mítica mexicana: “Cuando pongo La Catrina, la gente sabe que se trata de México, y como ella también mis sabores”.
EL DATO
En 2010 la gastronomía mexicana fue declarada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Además de ser un elemento de identidad nacional, se reconoció así su historia, creatividad, diversidad y trascendencia.