Aunque Texas es uno de los Estados de la Unión con la menor proporción de su población sufriendo alguna enfermedad mental, ocupa el último lugar en cuanto al acceso a la atención de la salud mental, de acuerdo con el Reporte 2023 del Estado de la Salud Mental en Estados Unidos, elaborado por Mental Health America.

Texas ocupa esta posición por la poca disponibilidad de trabajadores vinculados a la salud mental; el poco acceso a tratamientos, educación especial y a un seguro que cubra este padecimiento; la calidad del servicio actual y el costo de estar asegurado.

Comparado con otros Estados y el Distrito de Columbia, Texas es deficiente: el 18% de los adultos (o cuatro millones de personas) padece de enfermedades mentales, especialmente los jóvenes, que sufren episodios de depresión. En general, por su condición, estas personas abusan de sustancias químicas para mitigar su estado.

El tamaño de la población en territorio texano puede significar una mayor cantidad de personas con alguna situación de salud mental que otros Estados con una mayor prevalencia, señaló a El Mundo Newspaper, Maddy Reinert, directora senior de Salud Poblacional de Mental Health America. “Hay un porcentaje menor en Texas de personas en esas condiciones, que no necesariamente tienen acceso a la atención de salud mental, por lo que, cuando vemos los indicadores que conforman ese ranking, Texas está en último lugar”, dice la experta.

En disponibilidad de fuerza laboral en salud mental, Texas es el penúltimo lugar nacional, con una proporción de 760 personas por especialista, poco más del doble del promedio nacional (350) y solo por delante de Alabama (850). “Esto realmente ha tenido un gran efecto en el acceso a la atención de salud mental porque si no hay suficientes proveedores en el Estado, entonces la gente que lo necesita no tiene acceso a la atención”, explica Reinert.

Los demás indicadores en los que Texas salió reprobado están ligados a la cobertura de seguro. Al menos 2 de cada 10 adultos (21.4%) con alguna enfermedad mental no cuentan con seguro, lo que equivale a unas 798,000 personas. Más de 7 de cada 10 jóvenes texanos (74.9%) que tuvieron al menos algún episodio grave de depresión (unas 306,000 personas) no recibieron servicios de salud mental. Además, el seguro médico privado en Texas no abarca problemas emocionales o mentales en cerca de 2 de cada 10 casos (19.4%), es decir, 205,000 jóvenes no tienen esta cobertura.

“Cuando la gente en Texas habla de ‘barreras’ para acceder a la atención que requieren, significa que no pueden pagarla, por lo que la falta de cobertura de seguro para la salud mental, tanto de adultos como de jóvenes, es crítica porque en la mayoría de los casos si la gente no tiene cobertura de seguro no podrán recibir atención por la falta de accesibilidad a la atención de salud mental”, enfatiza Reinert.

Aunque la mayoría de los datos federales con los que se elaboró el reciente reporte de Mental Health America son del 2019 e inicios del 2020, algunas situaciones se acentuaron durante la pandemia y, aunque el Estado haya registrado avances desde entonces, Reinert afirma que se requieren inversiones significativas para mejorar la situación, como la expansión del Medicaid, que como el mayor pagador de servicios de salud mental puede reducir las diferencias respecto a la población hispana; así como la valoración laboral y salarial de las personas especialistas en apoyo de pares, que puede proporcionar intervención temprana y mantener a la gente lejos de alguna crisis.

DEBE SABERLO

Fundada en 1909, Mental Health America es considerada la más grande organización comunitaria sin fines de lucro del país dedicada a atender las necesidades de las personas que viven con alguna enfermedad mental y, en general, a promover la salud mental como parte del bienestar personal. Cada año, esta institución elabora un reporte sobre el estado de la salud mental en los 50 Estados de la Unión y el Distrito de Columbia con base en 15 indicadores.