En medio del excesivo calor que golpea por estos días las cárceles de Texas, algunos presos colapsan el excusado de su celda para rebalsar el agua, mojar el piso y dormir sobre el húmedo suelo de concreto. Otros mojan sus ropas para permanecer frescos. Sin aire acondicionado en la mayoría de las cárceles, cuando afuera las temperaturas superan los 40°C, la sensación de calor puede ser mayor.

En estos recintos de concreto, ladrillo y metal, ventiladores industriales esparcen el vaho tibio en el ambiente. Pero el calor extremo provoca estragos entre los presos. Varios no soportan el bochorno y se desmayan. Cuando otros presos perciben que alguien se desmayó por el calor, gritan para llamar la atención de algún funcionario, pero la falta de personal retarda la ayuda.

Cuando el preso desmayado es atendido es llevado a un área administrativa de la cárcel que sí cuenta con aire acondicionado, a la que llaman ‘respite’, donde el reo trata de quedarse lo más que pueda.

Un reporte del portal www.texastribune.org registra la muerte en prisión de, al menos, nueve personas en junio pasado por ataques cardíacos o causas desconocidas que pueden relacionarse con el calor.

Sin embargo, el Texas Department of Criminal Justice (TDCJ), a cargo de las prisiones, precisa que la última muerte por calor ocurrió en 2012. En junio pasado atendieron siete casos de personas afectadas ‘más allá de los primeros auxilios’, aunque sin fatalidades.

El TDCJ aclara que en las celdas los presos tienen acceso a hielo y agua, pueden ir a áreas de descanso con aire acondicionado cuando es necesario, que continúan implementando más camas con refrigeración y que toman todos los cuidados frente a las altas temperaturas.

EL DATO

La población encarcelada en Texas es de 126,000 presos.