La casi prohibición total del aborto en Texas –desde septiembre del 2021– podría estar relacionada con casi 10,000 nuevos nacimientos en el Estado entre abril y diciembre del 2022, según estimaciones de la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health.

De acuerdo a una publicación del Journal of American Medical Association, para llegar a esa cifra se utilizó un modelo estadístico basado en los datos de nacimientos registrados en los cincuenta Estados de la Unión y el Distrito de Columbia del 2016 al 2022, cuyo resultado fue una diferencia de 9,799 nacimientos en los nueve meses estudiados del 2022 para Texas. Este estudio financiado por el National Institute of Child Health and Human Development fue publicado a un año de que la Suprema Corte de Justicia revocara la protección constitucional del aborto.

“Los hallazgos del estudio destacan cómo las prohibiciones al aborto tienen implicaciones reales para las personas que dan a luz, miles de ellas pudieron haber elegido no continuar con un embarazo no deseado o inseguro. Notablemente, la mayoría de quienes buscan un aborto viven debajo o cerca de la línea de pobreza, por lo que muchas de las personas que tienen hijos y sus familias seguramente tenían dificultades financieras incluso antes del nacimiento reciente”, señala Suzanne Bell, una de las tres autoras del estudio y profesora del Departamento de Población, Familia y Salud Reproductiva de la Bloomberg School.

Las investigadoras esperaban que el número de procedimientos de aborto cayera y los nacimientos se incrementaran cuando las restricciones a la interrupción del embarazo entraran en vigor en los Estados, pero no se sabía cuánto.

Las autoras aclararon que estos resultados corresponden solo a Texas y no pueden generalizarse a otros Estados. También adelantaron que explorarán cómo la ley texana podría haber impactado en ciertos grupos poblacionales, de acuerdo con la información sobre nacimientos que esté disponible en los próximos meses.

“Aunque nuestro estudio no detalla por qué ocurrieron esos nacimientos extra, nuestros hallazgos sugieren fuertemente que un considerable número de embarazadas en Texas no pudieron superar las barreras del acceso al aborto”, afirmó Alison Gemmill, otra autora del estudio y profesora de la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health.

Para Whole Woman’s Health –que contaba con cinco clínicas en Texas y en Indiana, pero mudó sus operaciones a Nuevo México– la necesidad de interrupción de embarazos en Estados Unidos sigue existiendo como antes de que la Suprema Corte decidiera poner fin a ese derecho que estuvo disponible por casi 50 años, sin importar el código postal o los límites estatales de las mujeres que necesitaban esa opción.

“El bien moral de un aborto no es negociable. Continuaremos resistiendo a los ataques de políticos, protestantes y simpatizantes anti-aborto con el objetivo de proveer este esencial cuidado médico. Como hemos dicho una y otra vez: las prohibiciones al aborto no previenen embarazos no deseados ni reducen la necesidad de un aborto, solo bloquean que las personas reciban atención compasiva y profesional”, declaró Whole Woman’s Health en un comunicado a un año de la anulación de la sentencia Roe vs. Wade.

EL DATO

La Ley SB 8 de Texas prohibió los abortos después de cinco semanas del último ciclo menstrual. En la práctica prohíbe el aborto con muy pocas excepciones. La norma comenzó a aplicarse una vez que la Suprema Corte revocara –a finales de junio del 2022– la protección constitucional del aborto.