Fentanilo: epidemia silenciosa y mortal
Agencias / Cortesía | 2/16/2023, 9:39 p.m.
Entre los años 1984 y 1990 las autoridades de este país registraron un consumo desmesurado de crack –cocaína disuelta en una mezcla de agua y amoníaco o bicarbonato de sodio, que endurecido rompe en trozos y se vendía mucho más barata que la cocaína pura–, especialmente en las grandes ciudades. En Texas, Dallas y Houston fueron las jurisdicciones que más sufrieron ese flagelo, mientras que la comunidad afroamericana vulnerable fue la más afectada.
Casi cuarenta años después, otra epidemia derivada de las drogas, esta vez el fentanilo, un opioide sintético cincuenta veces más fuerte que la heroína y cien veces más fuerte que la morfina, está causando decenas de miles de muertes y pérdidas millonarias, además de colapsos en los sistemas de salud estatales. Y ahora las víctimas no son de un segmento específico de nuestra sociedad. No importa la edad ni la nacionalidad ni la condición social. Las víctimas son adultos, varones o mujeres, pero también niños y adolescentes.
El fentanilo no se vende con una sola presentación: a menudo se mezcla con drogas ilegales y píldoras que parecen medicamentos recetados, pero también se puede conseguir en forma de aerosol nasal o sublingual, como parche transdérmico o como inyección. A veces, el producto en polvo puede parecer una bolsita con azúcar o endulzante artificial.
Según la Administración y Control de Drogas (DEA), el consumo de dos miligramos de fentanilo pueden causar una intoxicación fatal. Con datos del Departamento de Servicios de Salud de Texas (DSHS), la Controlaría advierte que alrededor de 900 texanos murieron el 2020 por sobredosis relacionadas con el fentanilo. Mientras que en 2021, la cifra se elevó a casi 1,700 decesos. Hasta julio del 2022, al menos 5,000 personas perdieron la vida víctimas de esta devastadora droga sintética.
Según la DEA, la mayor cantidad de fentanilo proviene de China; la droga desembarca en México e ingresa a territorio continental estadounidense de contrabando a manos del cártel de Sinaloa y del cártel Jalisco Nueva Generación. Mucha de esta droga fue interceptada por las autoridades el año pasado: 4.5 toneladas fueron decomisadas, lo que suponen 379 millones de dosis.
Este vórtice dañino, maligno y mortal que ha cegado la vida de decenas de menores de edad ha provocado una respuesta decidida de las autoridades locales y de las organizaciones civiles involucradas en la lucha contra las drogas. La recomendación de las autoridades a los padres de familia es que conversen con sus hijos menores de edad y les expliquen por qué no deben consumir ninguna píldora ni nada que les sea ofrecido sin la supervisión paterna o materna.