La pandemia puso en riesgo financiero a Estados Unidos pero, en general, los hogares del país vieron crecer su riqueza entre 2019 y 2021 en un 37%. En ese periodo, también aumentaron las diferencias económicas entre las familias blancas y asiáticas respecto de las hispanas y afroamericanas. El aumento de la riqueza se explica en parte por el aumento del valor de las casas.

Un análisis del Pew Research Center basado en datos federales encontró también que los inmigrantes dueños de una casa tuvieron un aumento en su riqueza de 42% en dos años, a pesar de lo cual siguieron en desventaja frente a quienes nacieron en Estados Unidos. El ingreso promedio entre una familia hispana encabezada por alguien que nació en el país y una familia hispana cuya cabeza nació en el extranjero tiene una proporción de casi dos a uno.

A pesar de esta diferencia, los datos muestran que basta una generación para cumplir con el ‘sueño americano’ y empezar a acumular riqueza. Incluso, entre más tiempo viva una persona en Estados Unidos, su riqueza promedio se va incrementando respecto de quienes tienen menos tiempo en el país, con una proporción de más de siete veces entre quienes tienen más de 30 años y quienes recién llegaron al país.

Los investigadores señalaron que contar con la ciudadanía estadounidense y hablar inglés aumentaron en más de tres veces las posibilidades de acumular riqueza que entre quienes no son ciudadanos y no hablan bien el idioma. “Para los hogares hispanos, la relativa juventud de la población y el estatus migratorio juegan un papel importante, ya que esos factores tienden a contribuir con las menores proporciones y tamaños de las herencias recibidas por las familias hispanas y afroamericanas en comparación con las blancas”, indica el estudio.

Aunque los hogares blancos no hispanos tuvieron en promedio cinco veces más riqueza que los hogares hispanos en 2021 y tres veces más que los hogares multirraciales, fueron los hogares asiáticos los que –en proporción– tuvieron más riqueza que los blancos.

Por otro lado, la riqueza entre las familias migrantes y las nacidas en este país dependió –en mayor proporción– de la propiedad de su casa. En promedio, una de cada dos personas migrantes (50%) posee una vivienda; mientras que para quienes nacieron en Estados Unidos la proporción subió a 64%.

En general, las familias hispanas fueron las que menos proporción tuvieron de bonos, acciones y fondos de inversión que otro tipo de familias, en una proporción de uno en cinco; mientras que en las familias blancas y asiáticas fue de uno de cada tres.

Para hacer este estudio, el Pew Research Center usó datos del Center U.S. Census Bureau del 2020 y de la Encuesta de Ingresos y Participación en Programas, que cuenta con representación estadística nacional. Como parte del análisis, dividieron a la población en cuatro segmentos de ingreso, del más pobre al más rico, sin considerar el 1% de la población más rica. Entre los hogares hispanos, el 25% más rico concentró el 85% de la riqueza de los hogares hispanos en 2021, una ligera diferencia (3%) respecto del 2019. Además, una de cada siete familias hispanas no tuvo riqueza o incluso estuvo endeudada más allá de sus ingresos en 2021.

EL DATO

Se estima que la pandemia ayudó a que las familias del país ahorraran al reducir su consumo tras el cierre de restaurantes, tiendas y otros negocios en los primeros meses. Ese ahorro se estimó en más de 15,000 dólares por cada hogar.