Una década del Jeremiah Program
Guillermo Zenizo | 8/31/2023, midnight
Para aquellas mujeres en extrema necesidad económica que además son madres solteras hay una opción para que puedan continuar con su desarrollo personal e incluso estudiar una carrera universitaria. Se trata del Jeremiah Program (JP), que celebra 10 años de presencia de su modelo de atención integral en Austin.
Este programa –que cumple 25 años de fundado con alcance nacional– otorga una vivienda de bajo costo de dos habitaciones para la mamá y su bebé; cuidado y programas de desarrollo infantil y la oportunidad de que la madre inicie –o continúe– sus estudios en el Austin Community College (ACC). El campus de JP (1200 Paul Teresa Saldaña Street) está ubicado muy cerca del campus East View del ACC, así como de varias escuelas del Distrito Escolar Independiente de Austin en el Este de la ciudad capital.
Las madres solteras, por su condición, deben hacer más cada año, con un solo ingreso económico y con menos recursos a su disposición. Por eso, el enfoque de JP es superar la pobreza con educación, concentrándose en dos generaciones –la de la madre y la de sus hijos–, asegurando el éxito académico de la mamá en la universidad y de los niños en el kindergarden, para que tengan niveles óptimos en los siguientes grados, explica Gloria Gonzales-Dholakia, directora ejecutiva de PJ de Austin.
“Muchas veces, las madres solteras ponen a un lado su futuro, su carrera, sus sueños y esperanzas, para que puedan concentrarse en cuidar de sus hijos y del futuro de ellos. Lo que hacemos (en PJ) es poner todas esas piezas en un lugar, de tal manera que la mamá tiene la habilidad de cumplir sus sueños y avanzar, mientras se le provee lo que necesite para sus niños”, señala Gonzales-Dholakia.
En las instalaciones de JP, las mujeres crean una comunidad con otras en su misma condición, y con hijos en edades similares –hasta siete años–. También reciben útiles escolares y paquetes de comida en caso de necesitarlos; además de desarrollar actividades especiales durante el verano.
Ellas tienen que pagar una renta equivalente al 30% de sus ingresos, pues algunas trabajan medio tiempo o tiempo completo. Tanto al ingresar a JP, como cada seis meses, tienen que recertificar su situación económica. Además, la mamá debe demostrar los resultados académicos y la continuidad en sus estudios. Una vez que termina la carrera, puede estar hasta seis meses más como periodo de transición, recibiendo asesoría de JP para sus próximos pasos.
“Nuestros coaches trabajan de cerca con las mamás sobre ‘lo que sigue’, ayudándoles a encontrar un lugar para vivir y preparándolas para ser independientes en su propio espacio. Si ellas buscan una carrera, pueden vivir de cuatro a seis años con nosotros. La transición después del campus es un gran paso y es una parte del camino que recorren con su familia”, refiere la directora JP.
Para Gonzales-Dholakia, las madres solteras son una parte considerable de la población local y su número podría incrementarse con las restricciones a la interrupción del embarazo. Alrededor de 8 de cada 10 mujeres (85%) atendidas por JP son mujeres hispanas o afroamericanas. Se prevé que estas mujeres sean las más afectadas por las recientes legislaciones estatales que han puesto restricciones a los derechos reproductivos y al acceso a la atención de salud.
EL DATO
De acuerdo con el US Census Bureau, al menos 4 de cada 10 madres solteras (26.9%) en Austin viven en situación de pobreza.