Desperdicio de alimentos y hambre coexisten en la ciudad
Guillermo Zenizo | 9/22/2022, midnight
Cada día se desperdician 1.24 millones de libras de comida en la capital de Texas mientras que 176,880 personas en el Condado Travis sufren de inseguridad alimentaria. Estos datos contrastantes del Informe sobre el Estado del Sistema Alimentario 2022, elaborado por la Oficina de Sostenibilidad de la Ciudad de Austin, muestran una realidad que ha beneficiado a algunos y dejado en desventaja a muchos.
El diagnóstico recogido en este documento servirá para elaborar el primer Plan Alimentario de la Ciudad, para el cual se convocará a la comunidad a participar en los próximos meses, explicó a El Mundo Newspaper, Sergio Torres Peralta, coordinador de Alimentación y Resiliencia de la Oficina de Sostenibilidad de la Ciudad de Austin.
Uno de los aspectos más preocupantes es que el índice de inseguridad alimentaria de la población del Condado Travis es de 14.4%, superior al índice nacional, que ronda entre 10% y 12%. El porcentaje aumenta a 15.2% en el caso de la niñez, equivalentes a 41,130 niños.
“Tenemos a gente hambrienta en esta ciudad y en esta área. Cuando hablamos de inseguridad alimentaria significa que una persona no puede pagar al precio de la comida que necesita o que vive muy lejos de las fuentes de comida”, señala Torres Peralta.
Otro hallazgo del informe es que el 84.4% de los residentes del Condado Travis no cumplen con las recomendaciones de consumo diario de frutas y verduras, y que casi la mitad (46%) de las personas elegibles por su nivel de ingresos en este territorio no están inscritas en el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP).
Aproximadamente el 0.06% de los alimentos que se consumen en el Condado Travis se producen localmente, lo que implica que la gran mayoría proviene del resto del Estado, del país o del mundo, dejando vulnerable a la ciudad cuando se interrumpe el suministro desde el exterior, como al inicio de la pandemia en 2020 y durante la tormenta invernal ‘Uri’ en 2021.
“Necesitamos ampliar las opciones y no depender tanto de comida que crece en otros Estados o en otras partes del mundo, para generar lo que se llama resiliencia, que significa que podemos estar preparados cuando llegue un desastre y podemos recuperarnos más rápidamente después de que pase ese desastre”, manifesta Torres Peralta.
Si bien de 2019 a 2021 se recuperaron 42.9 millones de libras de alimentos aptos para el consumo humano en el Centro de Texas, la comida desperdiciada genera 1.2 millones de toneladas métricas de emisiones de gases de efecto invernadero cada año, que equivalen a utilizar 1.4 millones de galones de gasolina. Otras 3.5 millones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero se generan por el consumo de alimentos en Austin, lo que es similar al consumo eléctrico de 681,011 hogares por año.
Torres Peralta refirió que el sistema actual ha generado desigualdades en el acceso a la comida que, con la participación comunitaria, buscarán atenderlas en los próximos años a través del Plan Alimentario que se creará y que incluirá diferentes acciones, según las aspiraciones y necesidades de la comunidad.
“Muchos de los problemas que tenemos ahora tienen origen en un contexto histórico con raíces racistas y clasistas, y es importante reconocer esto, sobre todo en algo tan complicado como es la comida, que penetra casi todas las esferas sociales y económicas que podemos imaginarnos”, afirma Torres Peralta.
En octubre se elegirá un comité asesor de la comunidad para formar un grupo de 20 personas que trazarán el Plan Alimentario. Para entonces, invitarán a las personas más afectadas y a expertos para saber cuáles son los principales problemas de la ciudad y cómo resolverlos.
El proceso se realizará en tres fases: la elaboración de una visión a futuro; la revisión de propuestas por parte de la comunidad; y la revisión comunitaria del borrador del plan. Las personas interesadas pueden registrarse en austintexas.gov/food para recibir información.
EL DATO
La dependencia alimentaria del Centro de Texas respecto del exterior es de un 99%, una clara desventaja cuando ocurren eventos que no se pueden controlar ni anticipar, como la pandemia y la tormenta ‘Uri’ del 2021.