Gran parte de la riqueza de Texas ha sido extraída de un subsuelo generoso en reservas de petróleo y gas. Sin embargo, una vez que esos pozos agotan sus reservas de hidrocarburos, surge un problema: las áreas perforadas quedan expuestas dejando escapar emisiones de metano.

De acuerdo con el Departamento del Interior, en el país existen más de 100,000 pozos que literalmente demandan ser tapados por especialistas para impedir que sigan contaminando el ambiente.

Para lidiar con ese problema, Texas recibirá 25 millones de dólares con el objetivo de sanear 800 pozos inactivos de petróleo y gas. Esa financiación surgió de la Ley de Inversión en Infraestructura y Empleos establecida en el país.

Los fondos otorgados también serán utilizados para adquirir equipos, vehículos y contratar a cuatro empleados administrativos y veinte inspectores cuya labor consistirá en corroborar que los pozos se tapen de manera correcta. Además, el Gobierno de Texas proyecta destinar parte de los recursos para desarrollar una metodología que permita medir y rastrear el metano, así como otros gases.

Para definir los pozos en los que se comenzará a trabajar se realizó un análisis a partir de su profundidad y las emisiones de metano y sulfuro de hidrógeno que arrojan a la superficie. En la selección se eligió sólo al 11.4% de los más de 7,000 pozos inactivos documentados en el Estado desde 2019, de acuerdo a la Comisión Compacta de Petróleo y Gas Interestatal.

EL DATO

Este primer aporte de 25 millones de dólares corresponde a un acuerdo inicial de 560 millones de dólares que serán destinados a 24 Estados de la Unión.