¿Por qué nos da pereza hacer ejercicios?
Agencias / Cortesía | 10/6/2022, midnight
Poco más de dos tercios de la población estadounidense no practica ejercicio alguno. Esa dejadez ha disparado los niveles de obesidad y con ésta, la proliferación de la diabetes. ¿Qué hace que las personas rechacen hacer ejercicios? La mayoría se justifica diciendo que no dispone de tiempo, pero hay mucho de falta de motivación y ausencia de interés.
Sin embargo, diversos estudios demuestran que el tiempo (el espacio de oportunidad) deja de ser un motivo si tenemos el apoyo de la familia y de los amigos, o si sencillamente nuestro médico insiste en que nos activemos físicamente o las consecuencias de no hacerlo podrían llegar a poner en riesgo nuestra vida.
Los especialistas indican que el problema de la gestión del tiempo no es tanto su ‘escasez’ sino nuestra tendencia a la procrastinación (diferir, aplazar). Esta acción está muy generalizada entre los adultos mayores de treinta años.
Probablemente ignoran que posponer las tareas cotidianas u obligatorias no solo es contraproducente en el día-a-día personal y profesional, sino que afecta a la percepción que tenemos sobre nuestra calidad de vida. Procrastinar produce ansiedad, depresión, estrés e insomnio, trastornos que aumentarán en intensidad si no se practica ejercicio. En cambio, si se practica ejercicio al menos 150 minutos por semana la percepción sobre la propia salud es mucho más positiva.
El ejercicio es particularmente susceptible a la procrastinación. Hay muchas personas que perciben la práctica deportiva como algo desagradable y aversivo. Detrás de esa aversión puede haber aburrimiento y frustración que, a su vez, son estupendos predictores de la procrastinación.
Hay estudios que indican que implicarse en una actividad física intensa tiende a llevarnos a un estado de activación poco agradable. Aunque muchos de nosotros experimentamos un mejor estado de ánimo después del ejercicio físico intenso, mientras lo practicamos no es tan agradable. La aversión inicial a ‘ponerse en movimiento’, y el estar tan a gusto en casa cuando nos planteamos la opción, nos puede llevar a la procrastinación: elegimos sentirnos mejor en ese momento, preferimos la recompensa inmediata: por eso posponemos la tarea sin tener en cuenta que ese retraso puede ser contraproducente y acabará generándonos malestar.
EL DATO
Las personas que practican deporte con regularidad organizan mejor su tiempo.