La Administración Biden anunció un plan para vender la última parte de la reserva de petróleo de emergencia del país a finales de año como parte de una estrategia para rellenar las reservas cuando los precios bajen. El plan añadirá suficiente oferta para evitar que los precios del petróleo suban y perjudiquen a los consumidores y a las empresas, y al mismo tiempo asegurará a los perforadores del país que el Gobierno Federal se lanzará al mercado como comprador si los precios caen demasiado.

Los esfuerzos de la Administración Biden por usar las potestades federales para equilibrar el mercado petrolero estadounidense ponen de manifiesto hasta qué punto la guerra en Ucrania y la inflación galopante han trastocado sus planes, tras haber prometido deshacerse de la industria petrolera y llevar al país rápidamente a un futuro sin combustibles fósiles.