La obesidad es un imán para otras enfermedades
Agencias / Cortesía | 3/17/2022, midnight
Existen pruebas irrefutables, científicas, de que la obesidad es un factor de riesgo importante previo al padecimiento de otras enfermedades como hipertensión, dislipemia (alteración de la cantidad de lípidos en sangre, como el colesterol), diabetes, males cardiovasculares e infartos cerebrales, piedras en la vesícula, artrosis, ovario poliquístico, síndrome de apnea del sueño y algunos tipos de cáncer.
Sin entrar en el debate de si la obesidad debe o no considerarse una enfermedad, y siendo conscientes de que sus causas pueden ser múltiples, la sociedad estadounidense se enfrenta a un verdadero problema de salud pública que aumenta tanto la morbilidad (enfermar) como la mortalidad (perder la vida).
Desde hace años se conoce que las personas obesas son más vulnerables a las infecciones y a las complicaciones derivadas del sobrepeso, y un par de meses después del inicio de la pandemia los científicos y los médicos advirtieron que la obesidad empeoraba la situación de la persona contagiada de coronavirus.
Investigaciones en biología celular, bioquímica y genética han confirmado que las principales células responsables del almacenamiento de grasa en nuestro cuerpo son los adipocitos, que forman parte del llamado tejido adiposo. En este tejido también hay otros tipos celulares, como los linfocitos y los macrófagos del sistema inmune, y el buen estado de salud del tejido depende de que exista un equilibrio funcional entre todos los tipos de células.
En la base de la obesidad se encuentra la adiposopatía, que es una alteración que se produce debido a que, por diferentes causas, ingerimos más calorías de las que gastamos. Esto da lugar a una alteración anatómica (deposición anormal de grasa) y funcional (inmune y hormonal) del tejido adiposo que puede causar o empeorar una enfermedad metabólica, que es la alteración de nuestras vías metabólicas, como la del colesterol, la insulina y las hormonales, que a su vez dan lugar a enfermedades como la arterioesclerosis, la hipertensión, la diabetes y un aumento de hormonas masculinas en mujeres y su disminución en hombres.
Cuando los adipocitos comienzan a acumular más grasa de lo normal también se produce la deposición de grasa más allá de donde debería, por ejemplo, en el hígado y en el músculo. Junto a la adiposopatía, este hecho provoca una alteración en la secreción de hormonas, como la leptina, y de toda una serie de proteínas proinflamatorias, como las citoquinas.
El aumento en la secreción de citoquinas debido a la obesidad no sólo reduce la capacidad de responder a la infección respiratoria causada por el coronavirus, sino que provoca que todo empeore. Más aún, la asociación de la obesidad con una disminución de la función inmune hace que estos pacientes sean más susceptibles a todo tipo de infecciones.
EL DATO
La obesidad y el sobrepeso incrementan el riesgo de padecer enfermedades mortales y favorecen el desarrollo de más de doscientas enfermedades crónicas.