Funcionarias de Trust Women y Planned Parenthood Great Plains, que operan clínicas abortivas en Oklahoma City, declararon que son cada vez más las mujeres texanas llegan a esa ciudad para interrumpir sus embarazos, después de que el año pasado Texas aprobara la ley antiaborto más restrictiva del país en décadas. Estas clínicas pasaron de atender a doce pacientes por día a ciento treinta. La situación se repite en otros Estados cercanos a Texas: Desde el otoño del 2020, las clínicas abortivas ubicadas en la frontera con Arkansas, Kansas y Missouri, atendieron más de mil casos.

Según estadísticas recientes de la Comisión de Salud y Servicios Humanos de Texas, los abortos se redujeron en un 60% en el primer mes tras la entrada en vigor de la nueva ley, que prohíbe la interrupción del embarazo una vez que se detecta actividad cardiaca en el embrión, lo que normalmente sucede alrededor de la sexta semana de gestación, y no contempla excepciones en casos de violación o incesto.