La Administración de la Seguridad Social (SSA) tendrá que recortar sus beneficios para el 2034 si el Congreso de la Unión no hace nada para abordar el déficit de fondos a largo plazo del programa, según un informe anual publicado por representantes del Seguro Social y de Medicare.

La pandemia y la recesión económica son responsables de la tasa de agotamiento de fondos de la SSA, impulsada por la gran caída en el empleo y la disminución resultante en los ingresos por impuestos sobre la nómina. No está claro cuáles serán los efectos a largo plazo de la pandemia en los fondos del Seguro Social, por lo que la agencia federal continuará monitoreando el desarrollo de acontecimientos.

Por su lado, las proyecciones de Medicare advierten para el 2026 se agotará su fondo fiduciario conocido como Parte A que cubre los costos de hospitales y hogares de ancianos para personas mayores. La buena noticia es que la Parte B de Medicare, que ayuda a las personas mayores a pagar las visitas al médico y la atención ambulatoria, así como la Parte D, que cubre los beneficios de medicamentos recetados, están adecuadamente financiadas en el futuro indefinido, porque la ley requiere un financiamiento automático para ellas.

Tanto los representantes de la SSA y de Medicare piden a los legisladores solucionar pronto el déficit a largo plazo, pero el Congreso lleva mucho tiempo tratando de abordar la solvencia de los fondos fiduciarios. Los legisladores podrían aumentar los impuestos sobre la nómina, reducir los beneficios o promulgar una combinación de ambos. El Presidente Biden hizo campaña para expandir los beneficios del Seguro Social, pero su agenda económica –hasta ahora– ha dejado intacto el programa de beneficios.

EL DATO

Para 2034, los fondos fiduciarios combinados para el Seguro Social se agotarán y podrán pagar solo el 78% de los beneficios prometidos a los jubilados y a los beneficiarios discapacitados.