El pasado 25 de octubre, al menos una docena de medios de comunicación estadounidenses reportaron informes –perjudiciales para Facebook– basados en documentos internos filtrados por Frances Haugen, exempleada de la empresa fundada por Mark Zuckerberg, quien filtró estudios internos que demuestran que la compañía conocía el daño potencial que provocaba, documentos que provocaron que los legisladores del Capitolio de la Unión renueven la presión para su regulación.

Los informes filtrados culpan a Zuckerberg de ceder, por ejemplo, ante los censuradores estatales en Vietnam; de permitir el aumente del discurso de odio a nivel internacional debido a deficiencias lingüísticas y de saber e ignorar que su algoritmo alimenta la polarización tóxica en línea.

Organizaciones periodísticas como The New York Times, The Washington Post y los portales Wired y Politico se encuentran entre los medios que tienen acceso al conjunto de documentos internos de Facebook que Haugen filtró a las autoridades y que fueron la base de una serie de mordaces artículos del The Wall Street Journal y del portal The Verge, que asegura que la red social planea cambiar de nombre buscando distraer a la opinión pública de los recientes escándalos y controversias.

Facebook calificó a la información filtrada como una ‘publicación parcial de sus estudios internos’, cuyo objetivo es crear una impresión negativa e inexacta sobre la red social.

Antes de este episodio, Facebook ya afrontó grandes crisis, sin embargo, las revelaciones sobre lo que sucede en el interior de la compañía alimentaron un frenesí de informes incisivos y un renovado impulso parlamentario para tomar medidas en la regulación de las redes sociales.

Es oportuno destacar que, pese a las numerosas controversias que ha enfrentado Facebook, las autoridades federales no han creado una nueva y sustancial legislación para regular sus contenidos. La compañía se ha recuperado de otros escándalos como el de Cambridge Analytica, una consultora británica que utilizó los datos personales de millones de usuarios de Facebook para dirigir anuncios políticos favorables a Donald Trump.

EL DATO

Según documentos internos, Facebook apenas dedica recursos a combatir la información falsa fuera de Estados Unidos, y su efectividad es casi nula en países en vías de desarrollo.