Fuerte enfrentamiento con las procesadoras de carne
Agencias / Cortesía | 10/7/2021, midnight
Desde los coches hasta la ropa, el costo de vida aumentó para los consumidores estadounidenses desde que se reabrió la economía. Sin embargo, los precios promedio de la carne se han incrementado de manera inusualmente pronunciada: la carne de res ha subido un 14% desde diciembre del 2020; la carne de cerdo, un 12.1%; y la de aves de corral un 6.6%.
Parte del problema –dicen los especialistas– es que algunas grandes empresas procesadoras de carne dominan el suministro estadounidense, lo que les permite cobrar lo que quieran. Los consumidores están cada vez más preocupados por el aumento del precio de los comestibles y la Administración Biden se ha comprometido a actuar.
En una orden ejecutiva emitida en julio, el Presidente Biden prometió 500 millones de dólares en préstamos y subvenciones federales para ayudar a nuevos procesadores de carne a ingresar al mercado y competir con las grandes corporaciones del sector, en un intento por reducir los precios.
El Gobierno Federal está investigando la ‘fijación de precios’ en la industria de procesamiento de pollos, que ha resultado en una multa de 107 millones de dólares para Pilgrim’s Pride –proveedor con sede en Colorado–, y planea endurecer las leyes que rigen la competencia en la industria cárnica. Los principales procesadores dicen que el Gobierno los está usando como chivo expiatorio y que ha entendido mal los fundamentos del mercado.
Solo cuatro gigantes, la JBS, Cargill Meat Solutions, Tyson Foods y National Beef Packing Co., controlan entre el 55% y el 85% del mercado, dependiendo del tipo de carne. La Casa Blanca dice que esto les da demasiado poder, no solo sobre lo que cobran a los minoristas y restaurantes, sino también sobre lo que pagan a los agricultores por el ganado.
Esta situación llegó a un punto crítico durante la pandemia, ya que la demanda de carne –por parte de los consumidores– alcanzó niveles récord debido a que la gente hacía acopio de ésta. Los precios al por mayor de la carne se dispararon y los precios del ganado o las aves de corral cayeron, dejando a algunos agricultores sin poder obtener ganancias.
Mientras tanto, los procesadores más grandes han visto ganancias y márgenes récord –o casi récord– lo que ha llevado a la Casa Blanca a acusarlos de ‘especulación pandémica’. La industria cárnica niega rotundamente tal afirmación, diciendo que los aumentos de precios no se deben a la consolidación. En cambio, culpa a los problemas de la cadena de suministro relacionados con la pandemia, incluida una severa escasez de mano de obra que llevó al cierre de plantas el año pasado.
EL DATO
El consumo de carne aumentó en todo el país durante la pandemia.