Sombra generacional
Agencias / Cortesía | 5/13/2021, midnight
Diversos estudios científicos aseguran que todos los seres humanos que hayan sufrido condiciones extremas de vida por largos periodos de tiempo (esclavitud, terrorismo, genocidios, conflictos armados, miseria, hambruna y desnutrición, deficiente saneamiento ambiental), desarrollan traumas que afectan sus perspectivas laborales, su esperanza de vida y les hace vulnerables a problemas de salud que en el corto plazo se manifiesta en tasas de mortalidad más altas que el resto de la población en general.
Esos traumas, por intensos, dejan huellas profundas y más oscuras. Los investigadores analizaron cómo las cosas que le pasan a alguien a lo largo de su vida pueden cambiar la forma en que se expresa su ADN, y cómo ese cambio puede transmitirse a la próxima generación.
Este es el proceso llamado científicamente epigenética, donde la legibilidad o expresión de los genes se modifica sin que se produzca un cambio en el código del ADN. Es decir, existen pequeñas ‘etiquetas’ químicas que se agregan o eliminan de nuestro ADN en respuesta a los cambios en el entorno en el que vivimos. Estas etiquetas activan o desactivan los genes, posibilitando la adaptación a las condiciones del entorno sin causar un cambio más permanente en nuestros genomas.
La herencia epigenética pasa a través de la línea masculina de las familias. Las mujeres parecen inmunes a este efecto, pero los esfuerzos para descifrar la herencia epigenética en la línea femenina es el siguiente paso en la investigación.
El hecho de que estos cambios epigenéticos puedan transmitirse a las generaciones posteriores tendría implicaciones enormes, ya que supone que las experiencias vividas por una persona, especialmente las traumáticas, tendrían un impacto muy real en su árbol genealógico.
Saber que las consecuencias de nuestras propias acciones y experiencias podrían afectar la vida de nuestros hijos, incluso mucho antes de que sean concebidos, podría dar un giro muy diferente a cómo elegimos vivir. Y curar los efectos de traumas vividos a través de la terapia cognitiva conductual puede detener el proceso epigenético para que no lo hereden las generaciones posteriores.
EL DATO
El código epigenético se superpone al código genético, es decir tenemos una instala-ción eléctrica que serían las bombillas, los cables, el genoma. La epigenética sería la serie de interruptores de la luz.
DEBE SABERLO
El genoma es el abecedario del ADN, del material genético, y el epigenoma es toda la regulación de ese genoma. Si imaginamos una computadora, el hardware es el genoma mientras que el software, toda la programación, es el epigenoma.
El epigenoma representa cambios químicos que no afectan a la secuencia de ADN pero pueden modificar la expresión de los genes, activándolos o silenciándolos. El epigenoma es más flexible de lo que jamás se imaginó en el pasado y esto podría tener enormes implicaciones en el campo de la salud en el futuro.