Hollywood es consciente de que casi el 40% de sus ingresos en taquilla dependen de un 10% a 15 % de la población que acude regularmente a los cines. Recuperar a ese público fiel será uno de los primeros objetivos para las salas de proyección, que afrontan la llegada de una avalancha de títulos.

A medida que la población estadounidense es vacunada, los cines del país buscan sobrevivir con ofertas inéditas que tienen el objetivo de atraer al público: ofrecerán comidas, suscripciones y pases privados, las películas estarán menos tiempo en la cartelera y competirán con las plataformas de streaming por los grandes estrenos.

El pasado 31 de marzo, la industria respiró aliviada al comprobar que Godzilla vs. Kong agotó las entradas en su estreno. Aunque la película estaba disponible en la plataforma HBO Max, hubo un número importante de personas que pagó por verla en una pantalla grande. La cinta recaudó 48.5 millones de dólares en territorio estadounidense y Canadá durante su primer fin de semana, a pesar del aforo reducido y otras limitaciones.

Las películas a estrenarse próximamente son parte importante en la estrategia de los cines para lo que queda del año: ya están en cartelera los éxitos Cruella y A Quiet Place Part II; el 11 de junio llega el musical In the Heights, dirigido por Lin-Manuel Miranda, y el 25 de este mes se estrena Fast and Furious 9, con Vin Diesel y John Cena.

En julio continúa la acción: el 9 se estrena Black Widow de Marvel; el 16 es el turno de Space Jam: A New Legacy, con LeBron James como protagonista. La lista de superproducciones continúa con No Time to Die, el regreso de James Bond, el 8 de octubre; Ghostbusters: Afterlife, el 11 de noviembre; Top Gun: Maverick, el 19 de noviembre; y el de la versión de West Side Story que ha dirigido Steven Spielberg, el 10 de diciembre.

Los cines deberán competir por primera vez con la televisión. Por ejemplo, Warner Bros. decidió que estrenaría todas sus películas del 2021 en cines y en streaming, una idea que se mantendrá a pesar de la reapertura de los cines.

Disney seguirá un modelo parecido: Cruella y Black Widow podrán adquirirse en Disney+ por un precio de 29.99 dólares, el equivalente a algo más de dos entradas (en promedio). Mientras que películas como Luca, lo nuevo de Pixar, solo estarán disponibles en esa plataforma.

Atractivas ofertas

Con el propósito de recuperar audiencia, las salas darán más valor al precio de una entrada. Y ahí es donde entran en juego establecimientos como Alamo Drafthouse, una cadena con presencia en Texas y California que ofrece cenas y bebidas con cada película.

Las principales compañías de cines del país también han comenzado a estudiar nuevas formas de vender sus películas, como ofrecer pases privados.

AMC, el grupo líder, alquila sus salas por 150 dólares para títulos de estreno y 99 en el caso de los clásicos. Desde mediados del 2020 ha organizado más de 150,000 pases privados en los que el comprador puede invitar a su familia y amigos. Cinemark, su competidor, comenzó a ofrecer ese mismo servicio en febrero de este año y tiene previsto mantenerlo.

Las suscripciones serán otra manera con la que los cines pretenden mantener a su público. Regal ya ofrece un pase que permite ver tres películas al mes por un precio fijo de entre 18 y 23.5 dólares.

Regal también ha logrado que Warner Bros. vuelva a estrenar películas exclusivamente en cines, aunque solo estarán en cartelera 45 días antes de llegar a la televisión, muy lejos de los 90 días que permanecían antes de la pandemia. El resto de estudios deberá volver a negociar con las salas sus acuerdos de distribución, algo complejo ya que han descubierto que imitando el modelo de Netflix mantienen el control de sus películas y obtienen buenos ingresos.