El tsunami chino
Agencias / Cortesía | 7/15/2021, midnight
El Partido Comunista Chino, cabeza del gobierno de ese país, es consciente del alcance de su fuerza e influencia. Sus líderes, que tienen clavada en la mente un ambicioso objetivo de mediano plazo, saben que la hegemonía mundial es un destino posible. Respalda esa idea el poder económico ganado en los últimos veinte años.
Ese empuje les permite desafiar al G7 –que integran Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos–; por eso embisten contra la OTAN –alianza formada por veintiocho naciones europeas, Canadá y Estados Unidos, y en la que Rusia, su aliado militar, participa solo como ‘socio por la paz’– reclamando dialogar en igual de condiciones con cualquier potencia mundial de Occidente.
El poder geopolítico ganado por China les permite lidiar con diversos frentes en todo el mundo, sin que ninguna amenaza política del exterior les reste fuerza ni disminuya su imparable avance mundial. Adiós al perfil bajo de antaño. El Partido Comunista Chino quiere sentarse a la cabeza de la mesa.
Como consecuencia de la indiferencia de la Administración Trump, China logró posicionarse en Latinoamérica, Asia Menor y África con inversiones que van desde infraestructura, millonarios préstamos pagaderos en decenas de años –China es el ‘nuevo’ Banco Mundial– y Tratados de Libre Comercio favorables para ellos.
Se podría pensar que China tiene en el bolsillo a países pequeños para el concierto mundial, pero no es así. China es, según el más reciente índice de Bloomberg, el tercer acreedor externo de la deuda estadounidense, condición que les pone en una posición expectante si se trata de retomar la ‘guerra’ comercial.
En el ajedrez global, el gobierno chino está bien posicionado, con un número de misiones diplomáticas que superan por mucho a las de Estados Unidos, que comenzó el abandono de la necesaria presencia plenipotenciaria mundial en el primer gobierno de George W. Bush.
Este posicionamiento se ha logrado con una taimada estrategia: Cuando se trata de evitar la fiscalización internacional, China alega que cualquier intervención –investigaciones sobre intromisión tecnológica, violación de derechos humanos y origen de la pandemia– cortará su franco desarrollo y que por eso no se le deben reclamar ciertas cosas; mientras que en el campo económico el gobierno chino exige un tratamiento especial, de gran potencia, para maximizar su influencia.
Los movimientos chinos en el tablero mundial son evidentes y preocupantes para quienes no condonamos los estropicios del Partido Comunista, en su territorio y en el extranjero.
Los abusos a los que está acostumbrado el gobierno chino trascendió sus fronteras. En Latinoamérica, por ejemplo, flotas integradas por cientos de barcos pesqueros navegan –con el sistema de identificación automática apagado– en los límites de los mares territoriales de México, Costa Rica, Nicaragua, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Argentina y Uruguay. En todos los países latinoamericanos en los que han invertido e intervenido los chinos hay denuncias de contrabando masivo de productos originarios.
¿Puede China defenestrar a Estados Unidos del liderazgo mundial? A este ritmo de desarrollo, sí. El gobierno chino apunta alto y no les importa que su estrategia sea considerada ‘imperial’. Y no solo quieren ser predominantes en el planeta. La meta paralela es construir una base en la Luna, proyecto que tiene a los rusos como aliados.
Con los territorios geopolíticamente decisivos bajo su influjo: ¿qué negociación no le será favorable? ¿Qué país podría hacerles frente sin utilizar la devastadora bomba atómica cuando la diplomacia se agote? Mientras tanto, en Estados Unidos, la implosión social desencadena por la población medra las posibilidades de mantener el rótulo de mega potencia.
EL DATO
La educación adquirió una vital importancia en China, que pasó de exportar productos con poco valor agregado a producir teléfonos inteligentes, electrodomésticos, naves espaciales, bombas atómicas, etcétera.
DEBE SABERLO
China ocupa el primer lugar mundial en compresión de lectura, y en los cursos de matemáticas y ciencias.