El golpe económico del cierre parcial de la frontera con México –desde hace dieciséis meses– afectó duramente la economía de las comunidades del lado estadounidense de la frontera (El Paso, en Laredo, en McAllen, Eagle Pass), registrando pérdidas que rozan los 10,000 millones de dólares desde el inicio de la pandemia en marzo del 2020. Esta cifra seguirá aumentando hasta que las restricciones en la frontera terrestre entre Estados Unidos y México, impuestas para evitar la propagación del COVID-19, se relajen y se reactive la actividad comercial entre ambos países.

Estas pérdidas también han afectado la captación de impuestos sobre la venta (6.25%) obligatorios en Texas, que ha dejado de percibir alrededor de 500 millones de dólares por este concepto. Esta cifra no incluye los impuestos adicionales aplicados por los condados locales a la renta de coches y a los lugares de entretenimiento.