Clima texano: de riesgo mortal
Agencias / Cortesía | 7/8/2021, midnight
Si una ola de calor como la que azotó a Portland en junio pasado golpeara Texas, las temperaturas en el Estado superarían los 130 grados Fahrenheit. Esto tendría consecuencias devastadoras en nuestra red eléctrica y afectaría directamente la vida y la salud de la población texana.
Según estimaciones oficiales, la salud de más de cuarenta millones de personas es afectada por el clima extremo. Y en medio de estas abrasadoras temperaturas –y sus consecuencias potencialmente mortales– no está claro qué sucederá con la acción climática en las negociaciones de infraestructura que se realizan en Washington D.C.
Un estudio reciente registra que los apagones y las fallas de la actual red eléctrica de Texas se han disparado un 60% en comparación con el período anterior de cinco años. El reporte demostró que las olas de calor están ejerciendo más presión sobre las redes eléctricas, que no están preparadas para este aumento de tensión, poniendo en peligro a miles de familias de comunidades vulnerables.
La red eléctrica no está hecha para resistir el calor extremo: las líneas de transmisión están diseñadas dentro de los límites de la cantidad de energía que pueden mover mientras mantienen condiciones operativas seguras en relación con la temperatura del aire. Cuando las temperaturas se elevan demasiado, las líneas pueden fallar, dejando a los consumidores vulnerables al mortal calor extremo.
En el suroeste de Estados Unidos, en promedio, el 10% más pobre de los vecindarios ubicados en áreas urbanas registraron 4° F más que el 10% más rico, tanto en los días de calor extremo como en los días promedio de verano. Un patrón similar se registra en los barrios latinos. Las cifras pueden replicarse en territorio texano.
Invertir en infraestructura resiliente podría favorecer a miles de familias latinas afectadas por las olas de calor, ya que la climatización de la vivienda reduciría la carga energética de los hogares de bajos ingresos en aproximadamente un 25%.
Para este fin, la tecnología de infraestructura verde ayudaría a reducir los efectos de las ‘islas de calor’ urbanas, que cada año ponen en alto riesgo a más personas en este país que los huracanes, las inundaciones, los tornados y los relámpagos combinados.
El clima veraniego podría causar una gran devastación en Texas: casi 840,000 personas son especialmente vulnerables al calor extremo. Los tejanos que viven en ‘islas de calor’ urbanas, como Austin y el Centro de Texas en general, están especialmente en riesgo de sufrir las consecuencias (incluso mortales) de las altas temperaturas.
EL DATO
Sin cambios estructurales inmediatos ni inversión en infraestructura que incluya acción climática radical, los problemas que vemos hoy en día con la red eléctrica en Texas serían peores en el futuro inmediato.