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Fatiga pandémica


Agencias / Cortesía | 2/25/2021, midnight
Fatiga pandémica
INCÓMODO. Los recientes cambios en nuestro estilo de vida causados por las restricciones impuestas como consecuencia de la pandemia de COVID-19 han tenido un gran impacto en cómo nos sentimos. La fatiga pandémica nos afecta a todos. |

La fatiga pandémica nos afecta a todos en mayor o menor medida. Se trata de esa sensación de apatía, desmotivación y agotamiento mental que sufre una persona, cuyo origen recae en el impacto que ha tenido la pandemia de la COVID-19 en nuestras vidas.

Las causas son los cambios que hemos experimentado en nuestro estilo de vida, la ansiedad por el miedo a contagiarse, las restricciones sociales, la soledad causada por la falta de contacto normal con otras personas y la sobrecarga de noticias enfocadas en las desgracias que encontramos, especialmente, en las redes sociales.

La sensación de hastío por esta situación puede afectarnos a todos; sin embargo, los más propensos a caer en esta fatiga son las personas con mayor riesgo a enfermarse: los médicos y las enfermeras que trabajan en primera línea, por ejemplo. También son vulnerables las personas dedicadas a labores de servicio y atención directa al cliente en diversas profesiones y oficios.

La fatiga pandémica tiene síntomas físicos y emocionales que se traducen en la incapacidad de las personas que la padecen para rendir a nivel laboral, doméstico y social. Desde el punto de vista cognitivo, estas son consecuencias de romper las rutinas habituales.

Quienes han sufrido la enfermedad indirectamente (a través de familiares o amigos) empezaron a tener problemas relacionados a la preocupación por la salud de las personas cercanas; a sentir tristeza porque no los veían. La consecuencia inmediata es el insomnio; de ahí el cambio de carácter, la irritabilidad, la falta de tolerancia.

Esta situación ha provocado que algunas personas padezcan de ataques de pánico o crisis de ansiedad (sensaciones repentinas de terror sin un peligro aparente que pueden presentar síntomas físicos como latidos rápidos del corazón, dolor en el pecho o en el estómago, dificultad para respirar, debilidad o mareos, calor o escalofríos y transpiración, entre otros). La falta de comunicación social, el patrón de vida de todo ser humano, puede desencadenar estos síntomas y hasta la depresión, que si no son atendidos oportunamente, se pueden agravar con el paso del tiempo.

¿Cómo afrontar este trance? La University of California, Los Angeles (UCLA) sugiere aplicar varias rutinas para combatir este exceso de ansiedad y cansancio: comer saludable y a la misma hora todos los días; practicar alguna forma de ejercicio; y establecer una rutina de sueño para tener un descanso sostenido. Algo más. La casa de estudios recomienda limitar el consumo diario de noticias.

Para reducir el estrés característico de la fatiga pandémica, lo ideal es procurar realizar actividades que usualmente calmen a la persona; por ejemplo: ejercicios de respiración, que son sencillos de hacer. También es importante conectarse con los seres queridos utilizando la tecnología.

Por último, es importante aceptar estos sentimientos y aceptar también la inusual coyuntura que vivimos. El siguiente paso es concentrarnos en vivir el presente y no pensar tanto en el mañana.

EL DATO

La fatiga pandémica es uno de los síntomas más persistentes y debilitantes que afectan a la comunidad en su conjunto desde marzo del año pasado.

DEBE SABERLO

Existen poblaciones de riesgo que pueden desarrollar la fatiga pandémica en su forma más grave, como aquellos que sufren de obesidad, hipertensión arterial, diabetes, cáncer y enfermedades que comprometen al sistema inmunológico.

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